Todo empezó con una entrevista concedida a nuestros colegas de “Ouest France” Cyril Petit y Stéphane Vernay. Tal vez embriagada por el innegable éxito de la organización de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, dejó caer que los anillos olímpicos permanecerían en el primer piso de la famosa torre, sin mencionar ninguna consulta al respecto. “Como alcaldesa de París, la decisión es mía y tengo el acuerdo del COI. Así que sí, permanecerán en la Torre Eiffel”, afirmó.
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Inmediatamente, se alzaron voces. La ministra de Cultura dimitida, que también aspira a la alcaldía de París, Rachida Dati, moderó el entusiasmo de la primera funcionaria electa de la Ciudad de la Luz. “Antes de tomar cualquier decisión y de hacer cualquier anuncio en este ámbito, es importante que se respeten todos los procedimientos y consultas destinados a proteger el patrimonio”, escribieron en X.
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“La Torre Eiffel es un monumento protegido, obra de un gran ingeniero y creador. El respeto por su gesto arquitectónico y su obra exige, antes de realizar cualquier modificación sustancial, una autorización de obras y un estudio de impacto, de conformidad con el código del patrimonio”, añadió.
Para los descendientes de Gustave Eiffel, “la torre, que desde su construcción se ha convertido en la…
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