Un cohete SpaceX Falcon 9, que transporta el Blue Ghost de Firefly Aerospace y los robots Resilience de ispace, despega del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, el 15 de enero de 2025 (Gregg Newton/Gregg Newton)
Un único cohete para dos misiones lunares: los aparatos de dos empresas privadas, una estadounidense y otra japonesa, volaron el miércoles a la Luna, una nueva muestra de la creciente importancia que está adquiriendo el sector privado en la exploración espacial.
Las dos naves espaciales, cargadas de instrumentos científicos, son enviadas al espacio mediante un cohete Falcon 9 de la empresa estadounidense del multimillonario Elon Musk, SpaceX.
Despegó con éxito el miércoles a la 01H11 hora local (06H11 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy, en la costa este estadounidense.
A bordo, el robot espacial Blue Ghost, desarrollado por la empresa Firefly Aerospace por encargo de la Agencia Espacial Estadounidense, la NASA, y el robot Resilience de la empresa japonesa ispace.
Ambos esperan reproducir la hazaña de la empresa estadounidense Intuitive Machines, que consiguió alunizar una nave espacial en la superficie lunar a principios de 2024, una primicia mundial para una empresa privada.
Foto sin fecha del robot Blue Ghost de la empresa estadounidense Firefly Aerospace (Firefly Aerospace / -)
Hasta entonces, esta peligrosa maniobra sólo había tenido éxito en un puñado de países, empezando por la Unión Soviética en 1966.
Este será el primer intento de Firefly Aerospace y el segundo de ispace, cuyos aviones no lograron aterrizar suavemente en 2023.
– Conoce la superficie lunar –
El robot espacial estadounidense Blue Ghost pasará aproximadamente 45 días en tránsito hacia la Luna y estará cargado con diez instrumentos científicos de la NASA.
Foto publicada por la empresa japonesa ispace del robot lunar Resilience, 7 de enero de 2025 en Cabo Cañaveral, Florida (ispace, inc. / FOLLETO)
En cuanto a Resilience, tardará entre cuatro y cinco meses en llegar a la estrella, y llevará, entre otras cosas, un rover, instrumentos científicos desarrollados por otras empresas y una maqueta de una casa realizada por el artista sueco Mikael Genberg.
El objetivo declarado de ispace es realizar demostraciones tecnológicas de varios de estos instrumentos en la Luna.
La compañía fracasó en un intento anterior en 2023 cuando su módulo de aterrizaje se estrelló en la superficie de la estrella.
“Es importante cuestionarnos después de haber sufrido fracasos y haber aprendido de ellos”, confió la semana pasada el fundador y director general de ispace, Takeshi Hakamada. “Hoy estamos demostrando nuestra resiliencia”, añadió el miércoles antes del despegue.
Por parte estadounidense, la NASA prevé realizar “investigaciones científicas muy diversas” con Blue Ghost, que van desde “comprender el polvo lunar hasta caracterizar la estructura y las propiedades térmicas del interior de la Luna”, explicó María. Banks, científico senior de la agencia.
Por ejemplo, la NASA planea perforar el suelo lunar y probar tecnologías destinadas a mejorar la navegación, con el objetivo de profundizar su conocimiento de la Luna y ayudar a preparar “futuras misiones humanas”.
Estados Unidos pretende enviar astronautas allí pronto. Después de múltiples aplazamientos, la NASA ahora cuenta con un regreso para “mediados de 2027”.
– Privatización –
Si bien no son los primeros, Firefly Aerospace e ispace buscan consolidar su lugar en este mercado en auge, con un aumento de los vuelos a la Luna, tanto de gobiernos como de empresas privadas.
Un cohete SpaceX Falcon 9, que transporta los robots lunares Blue Ghost de Firefly Aerospace y Resilience de ispace, entra en órbita después de despegar del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, el 15 de enero de 2025 en Florida (Gregg Newton / Gregg Newton)
“Cada hito alcanzado proporcionará datos valiosos para futuras misiones y permitirá a Estados Unidos y a sus socios internacionales permanecer a la vanguardia de la exploración espacial”, aseguró Jason Kim, jefe de Firefly Aerospace.
Hace varios años, la NASA optó por confiar a empresas privadas, entre ellas esta empresa texana, el envío de equipos y tecnologías a la Luna, un programa llamado CLPS destinado a abaratar los costes de las misiones.
Se trata del tercer lanzamiento realizado en el marco de este programa, la primera misión fracasó y la segunda, realizada por Intuitive Machines, logró aterrizar, pero desde un mal ángulo.
Su sonda Odysseus se había acercado demasiado rápido a la superficie lunar durante su descenso y se había roto al menos una de sus seis patas.
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