Pasta, mantequilla, harina compradas en “entradas-resto” en el supermercado: esta posibilidad, concedida como excepción desde Covid para apoyar el poder adquisitivo, fue ampliada hasta finales de 2026 por el Parlamento, y el gobierno prometió una reforma para modernizar rápidamente el sistema.
Después de la Asamblea Nacional de finales de 2024, la cámara alta aprobó en gran medida, a mano alzada, este proyecto de ley destinado a ampliar el uso de vales de comida para la compra de alimentos en el supermercado.
Este texto debía ser examinado a mediados de diciembre en el Senado si el gobierno de Michel Barnier no hubiera sido derrocado. Pero la censura hizo retroceder el debate. Consecuencia: desde el 1 de enero de 2025 ya no es posible comprar productos alimenticios que deban prepararse en el supermercado, a diferencia de los productos de consumo directo, como sándwiches o ensaladas.
De ahí la necesidad de legislar rápidamente para restablecer esta exención. Y la Alta Asamblea lo hizo, preocupándose de adoptar el texto en los mismos términos que los diputados, lo que pone fin al proceso parlamentario y permitirá una rápida promulgación.
“Me parece que tenemos aquí una bienvenida medida de simplificación, extremadamente popular y totalmente lógica.“, afirmó la Ministra de las Pequeñas y Medianas Empresas, Véronique Louwagie, satisfecha con esta adopción final que permitirá “poner fin lo antes posible a la situación de incertidumbre y vergüenza que viven hoy los consumidores“.
“Emergencia”
Los debates giraron mucho en torno a la duración de esta exención: ¿debería ampliarse hasta finales de 2025 o hasta finales de 2026? La Asamblea Nacional optó por una prórroga de dos años. Pero en comisión, el Senado, dominado por la derecha, propuso limitarlo a un año, pidiendo una reforma profunda del “cambio de billete“de aquí a finales de 2025 para adaptarlo a los usos cambiantes, vinculados en particular al desarrollo del teletrabajo; teniendo en cuenta la opinión de los restauradores, que se oponen a esta ampliación.
Finalmente, presionados por la emergencia, los senadores aceptaron, un tanto a regañadientes, alinearse con la versión de la Asamblea Nacional. “Si elegimos una fecha diferente de la Asamblea, saldremos en una lanzadera legislativa… Mientras que si votamos a favor de un texto conforme, mañana podremos abrir el expediente en profundidad con vistas a reformar“, justificó a la AFP la centrista Nadia Sollogoub.
La relatora republicana Marie-Do Aeschlimann reconoció que “La urgencia prevalece sobre el principio.“, pidiendo este retraso para “no frenar la reforma“del vale de comida deseado por muchos actores y parlamentarios. El Ministro fue en la misma dirección, pidiendo una rápida entrada en vigor y al mismo tiempo dando algunas garantías a los parlamentarios sobre una reforma importante del “cambio de billete“.
“Mi objetivo es que podamos presentar las líneas generales de la reforma de los vales de comida este verano, con el fin de establecer perspectivas claras para todas las partes interesadas con vistas a una implementación efectiva en los meses siguientes.“, aseguró.
Algunos temían un “Sostenibilidad que no dice su nombre.“Con este plazo, como los socialistas y el macronista Jean-Baptiste Lemoyne”.No puede haber, por un lado, trabajo durante dos años y, al mismo tiempo, un compromiso de trabajar rápidamente para reformar el sistema.“, advirtió.
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