El 18 de enero de 2022, Kent Hughes tomó oficialmente las riendas de los Montreal Canadiens como director general.
Casi tres años después, en una rara y emotiva entrevista en RDS, Hughes dio un testimonio vibrante sobre su viaje, su visión y, sobre todo, el vínculo único que se forjó con Martin St-Louis, el entrenador en jefe.
Este testimonio, lleno de humanidad y reconocimiento, puso de relieve los desafíos que enfrenta la organización, pero también los éxitos colectivos que hoy dan esperanza a sus seguidores.
Desde el principio, Kent Hughes enfatizó la complejidad y riqueza de su relación con Martin St-Louis y Jeff Gorton.
“Cuanto más trabajamos juntos, más nos conocemos. Soy el estilo que a veces puede resultar frustrante”admitió con humildad, reconociendo que los desacuerdos son parte integral de su relación triangular, pero lo importante es escucharse… y apoyarse…
Esta capacidad de acoger diferentes perspectivas ha permitido a la organización progresar a pesar de los obstáculos.
“No existe un plan rígido ni una receta universal. Tienes que poder revisar lo que estás haciendo, admitir lo que funciona y lo que no. »
Esta filosofía de adaptación está en el centro de su colaboración.
El testimonio de Hughes tomó un giro particularmente conmovedor cuando habló de cómo St. Louis lidió con las críticas, particularmente durante tiempos difíciles cuando no había resultados.
“Martin siempre aceptó el desafío. Él nunca se esconde. Lo hizo como jugador, lo sigue haciendo como entrenador. »
Hughes reconoció que esos momentos probablemente fueron los primeros para St. Louis, acostumbrado al éxito a lo largo de su carrera como jugador.
Sin embargo, lejos de dejarse derrotar, el técnico supo demostrar una fortaleza de carácter excepcional.
Lo que más impresiona a Hughes es cómo St. Louis ha mantenido unido al equipo, incluso frente a la adversidad.
“Cuando la cultura no existe, los jugadores se vuelven unos contra otros. Pero aquí es un problema colectivo que solucionamos colectivamente”.dijo con orgullo.
La cultura de equipo, que según Hughes es la clave del éxito, es uno de los mayores logros de Martin St-Louis.
Bajo su liderazgo, los Canadiens han podido desarrollar una mentalidad colectiva en la que cada jugador se siente involucrado y apoyado.
Esta evolución se refleja en las actuaciones recientes del equipo. Hughes habló conmovedoramente del progreso visible, tanto colectivo como individual.
“Ver a los jugadores crecer a través de estos desafíos es lo que nos da más confianza para el futuro”confió.
Para Hughes, los últimos tres años han sido una auténtica escuela de gestión.
“Lo que más aprendí fue cómo gestionar un negocio, cómo trabajar con entrenadores y comunicarme de forma eficaz”. explicó.
Hughes también destacó la importancia de la experiencia de Jeff Gorton, a quien considera un mentor. “Jeff a menudo me asesoró y me mostró cómo hacer las cosas de manera diferente. Tengo mucha suerte de tenerlo a mi lado. »
El testimonio de Kent Hughes es un poderoso recordatorio de que el camino hacia el éxito rara vez es lineal. Está plagado de pruebas, preguntas y momentos de duda.
Pero es precisamente en estos momentos donde se construye la perseverancia, tanto para un equipo como para sus líderes.
Al rendir homenaje a Martin St-Louis, Hughes ofreció una verdadera lección de liderazgo: la de un hombre que nunca retrocede ante los desafíos, que inspira con su coraje y constancia, y que construye algo duradero, un hito a la vez.
Hughes también habló sobre la relación que tiene con St. Louis, a quien ya considera un hermano. Esta cercanía ha crecido a través de altibajos, y Hughes no dudó en enfatizar lo agradecido que está de tener un líder así:
“Cuando miro dónde estamos hoy, lo que más me enorgullece es la cultura que hemos establecido. Y Martin está en el centro de esto. »
Más allá del éxito reciente del equipo, Hughes está claramente aliviado de no haber tenido que contemplar el despido de St. Louis.
“No siempre es fácil lidiar con la presión y las críticas, pero Martin ha demostrado que es el hombre adecuado para este trabajo”confió.
Hay que darle la razón: Martin St-Louis no se escondió.
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