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¡Estamos entrando en la parte difícil! – Hoy Marruecos

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Después de largos meses de provocaciones argelinas, Francia acaba de responder con la muy publicitada detención de influencers argelinos culpables de difundir la incitación al odio y la violencia terrorista en territorio francés.

En el espacio de unos meses que pueden parecer una eternidad, la relación entre Francia y el régimen argelino se ha transformado. Pasamos de escenas de muestras de afecto, de una extraña diplomacia táctil entre Emmanuel Macron y Abdelmajid Tebboune, a un desafecto total donde soplar las brasas del odio contra Francia se había convertido en el deporte favorito de los medios oficiales argelinos.
Pasamos de una secuencia en la que el inquilino del Elíseo había realizado una visita espectacular a Argelia, seguida de un desplazamiento no menos espectacular de la mitad del gobierno de Elisabeth Borne, a una incapacidad crónica para organizar la más mínima visita de un líder político argelino a Francia. , y mucho menos una visita del presidente argelino Abdelmajid Tebboune.
Entre las dos secuencias aparece una única verdad diplomática. Después de muchas dilaciones, París acabó aclarando su posición sobre el Sáhara marroquí. Esto disgustó profundamente al régimen argelino, que aprovechó la confusión francesa sobre el tema para seguir alimentando los mitos del separatismo en la región.
Y desde entonces, Argel ha dado rienda suelta a su odiosa propaganda contra Francia como instrumento de venganza y ajuste de cuentas. Los medios de comunicación oficiales argelinos parecen haber recibido instrucciones de apuntar a Francia, que acaba de ser incluida en la lista de países clasificados como enemigos de Argelia, entre la que se encuentran Marruecos, Israel y los Emiratos Árabes Unidos.
Y un signo de esta escalada política entre París y Argel es la detención arbitraria del escritor franco-argelino con el único “delito” de haber recordado en una entrevista verdades históricas y geográficas sobre la pertenencia de una parte de Argelia occidental al Reino de Marruecos. Hoy, las relaciones entre Argel y París parecen experimentar una fuerte aceleración. Después de largos meses de provocaciones argelinas, Francia acaba de responder con la muy publicitada detención de influencers argelinos culpables de difundir la incitación al odio y la violencia terrorista en territorio francés. Lo que le da un toque especial a este evento es que estos influencers son sospechosos de estar manipulados por el régimen argelino en su guerra 2.0 contra Francia. Además, estos personajes no ocultan su activismo pro-régimen argelino. La novedad política hoy es que el gobierno francés ha decidido “no dejar pasar nada”, según la expresión del ministro del Interior, Bruno Retailleau, al frente de esta lucha contra las provocaciones argelinas. Retailleau, al igual que su predecesor Gérald Darmanin, hoy ministro de Justicia, debe gestionar una cuestión muy delicada en las relaciones entre los dos países. El de las famosas obligaciones de salida del territorio OQTF, que exigen pases consulares, de las cuales el régimen argelino es muy tacaño a la hora de castigar a los franceses.
Además, el Ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, resume esta situación de crisis: “En 2022 (…) hemos elaborado una hoja de ruta (…), queremos garantizar que se pueda seguir (… ) Pero observar posturas, decisiones por parte de las autoridades argelinas que nos permiten dudar de la intención de los argelinos de respetar esta hoja de ruta. Porque para mantener la hoja de ruta se necesitan dos”.
Signo de esta creciente tensión entre los dos países, Argel es sospechoso de querer utilizar la tarjeta de inmigración para vengarse de Francia y, por qué no, llegar a manipular a la diáspora argelina para hacerle pagar sus posiciones pro marroquíes. discordia y desorden.
Además, quienes, como el ex presidente de la República francesa François Hollande, recordaron acertadamente en el pasado que Francia estaba “limitada en su expresión sobre Argelia”, tenían en mente estas amenazas a la seguridad para llevar la confrontación, a través de la diáspora, a la zona. territorio francés o a regiones africanas donde los intereses franceses están en juego.
Además, según admiten algunos conocedores de las cuestiones franco-argelinas, Francia está pagando hoy su retraso en el inicio frente a las múltiples provocaciones argelinas, una tolerancia excesiva frente a los caprichos del régimen argelino que irrumpía en su amistad con Francia, no una relación de iguales basada en una reconciliación conmemorativa sino una sumisión de la diplomacia francesa a los caprichos del ejército argelino.
En términos absolutos, el diálogo entre París y el régimen argelino necesita una audiencia de la verdad para reventar los abscesos. Esta tensión argelina tiene su origen en la negativa de Argel a reconocer los hechos consumados regionales e internacionales que dan a Marruecos el ganador de este enfrentamiento estratégico entre Rabat y el régimen argelino sobre el asunto del Sahara.
Francia ha clarificado su relación con Marruecos con fuerza y ​​determinación en un punto de inflexión considerado histórico. Debe hacerlo con la misma convicción y firmeza en sus relaciones con Argelia.

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