“Según los mineros que reaparecieron el miércoles en el pozo número 10 de la mina de oro, 109 mineros murieron por falta de alimentos y agua”, dijo el portavoz de la organización de la mina de oro, Mzukisi Jam.
Tras señalar que los voluntarios reanudaron el envío de suministros el jueves, dijo que los esfuerzos de rescate han continuado desde noviembre, mientras los organismos encargados de hacer cumplir la ley han intensificado las operaciones para combatir la minería ilegal como parte de la Operación “Vala Umgodi”.
“A pesar de estos esfuerzos, cientos de mineros todavía permanecen bajo tierra”, dijo Jam, y agregó que la mina tiene tres puntos principales de entrada y salida: Margaret Shaft, Buffelsfontein 10 Shaft y Buffelsfontein 11 Shaft.
El grupo de derechos humanos “Comunidades Afectadas por la Minería” se acercó recientemente al Tribunal Constitucional de Sudáfrica en un intento de obligar a la policía y al gobierno a proporcionar alimentos y suministros a los mineros varados.
La organización ha expresado serias preocupaciones por las condiciones bajo tierra, incluida la denuncia de casos de hambruna grave y acusaciones de canibalismo.
Dijo que cientos de mineros ilegales, atrapados durante dos meses en la mina de Stilfontein, están recurriendo al canibalismo y se ven obligados a alimentarse de los cadáveres de sus colegas fallecidos para sobrevivir.
“Los últimos informes de mineros atrapados bajo tierra indican que la situación se ha deteriorado aún más hasta el punto de que algunos mineros tuvieron que alimentarse de la carne de aquellos que terminaron muriendo de hambre”, dijo el grupo en un informe presentado ante el Tribunal Constitucional.
Algunos mineros murieron y muchos otros pudieron salir de la mina, donde la policía bloqueó algunos túneles para obligar a los mineros ilegales, llamados Zama Zama, a salir a la superficie. La mina de oro alcanza hasta 2 km de profundidad.
El grupo de defensa cree que la negativa del Estado a rescatar a los menores contravino su mandato legal. “Cientos de personas siguen desamparadas y se enfrentan al hambre y a una muerte inminente”, advirtió.
Los mineros, que han estado trabajando bajo tierra durante meses, se han enfrentado a una grave falta de alimentos y agua después de que la policía bloqueara los suministros en un intento de expulsarlos.
Muchos zama zamas se negaron a regresar por temor a ser arrestados tras las operaciones policiales en la región.
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