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Programa “Intelaka”: escandalosas irregularidades bancarias

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El programa “Intelak», destinado a apoyar y financiar a las pequeñas y medianas empresas marroquíes, se encuentra en el centro de una polémica tras el descubrimiento de importantes irregularidades en la gestión de las solicitudes de crédito por parte de los responsables bancarios.

Una auditoría interna realizada por un importante banco marroquí reveló graves deficiencias, que van desde la manipulación de expedientes hasta la falsificación de documentos, en varias sucursales situadas en los alrededores de Casablanca. Estas anomalías provocaron la transferencia de los expedientes de los funcionarios incriminados al departamento jurídico del banco, con una posible remisión al fiscal del rey en Casablanca-Anfa.

Una auditoría interna revela graves disfunciones

La auditoría puso de relieve prácticas cuestionables en la evaluación de las solicitudes de financiación. Entre las irregularidades señaladas: negativas injustificadas basadas en supuestas deficiencias en los estudios de viabilidad del proyecto. Por supuesto, existe la falsificación de facturas y certificaciones para aprobar solicitudes, así como la manipulación de los jefes de proyecto. A algunos incluso se les animó a modificar la actividad de sus empresas para cumplir los criterios de elegibilidad.

Estas prácticas, en contradicción con el objetivo inicial del programa destinado a impulsar el emprendimiento, han contribuido a un aumento de la tasa de rechazo de los préstamos “Intelaka”, alcanzando hasta el 40% en los últimos meses. Además, algunas agencias supuestamente favorecieron a sus clientes al aceptar documentos falsificados a cambio de comisiones, en asociación con contadores y contratistas externos.

Ante estas disfunciones, varios bancos que participan en el programa han endurecido sus condiciones de financiación. Las nuevas exigencias incluyen: una limitación del importe de los créditos a 150.000 dírhams para las empresas y a 100.000 dírhams para los autónomos.

También se exige el requisito estricto de pruebas tangibles de viabilidad, como estudios de viabilidad detallados y facturas de proveedores con al menos un año de existencia. Estas medidas, aunque pretenden limitar los abusos, corren el riesgo de ralentizar aún más el acceso a la financiación de los empresarios más modestos, contradiciendo el espíritu del programa Intelaka.

Daño a la confianza en el sistema

Las revelaciones sobre la malversación de fondos en torno al programa “Intilaka” son un golpe a la credibilidad del sector bancario y a las políticas públicas destinadas a apoyar el emprendimiento. Si bien se suponía que este programa representaría un soplo de aire fresco para los jóvenes empresarios y las PYME, parece haberse convertido en un terreno fértil para prácticas fraudulentas y abusos de poder.

Estas irregularidades también plantean interrogantes más amplios sobre la transparencia y la gobernanza de los programas públicos. Si no se implementan rápidamente medidas correctivas para restablecer la confianza, existe un gran riesgo de que estas iniciativas, aunque esenciales para la economía marroquí, pierdan su legitimidad.

En resumen, el escándalo del programa Intelaka no es sólo una cuestión de malversación bancaria, sino también una señal de alarma sobre la necesidad de una revisión de los mecanismos de control y transparencia en la asignación de la financiación pública.

Más allá de las disfunciones reveladas por la auditoría interna, el escándalo que rodea al programa Intelaka pone de relieve una necesidad apremiante de moralización en el sector bancario marroquí. Las prácticas fraudulentas observadas, que van desde la falsificación de documentos hasta la aceptación de comisiones ocultas, revelan una profunda falla en los mecanismos de control interno. Si no se frenan estos abusos, se corre el riesgo de socavar la confianza de los ciudadanos no sólo en las instituciones bancarias, sino también en el Estado, garante de la equidad y la transparencia de las iniciativas públicas.

Imperativo de moralización del sistema bancario

Una moralización eficaz requiere el establecimiento de controles rigurosos en cada etapa del proceso de financiación. Es esencial fortalecer las auditorías periódicas, sancionar severamente a los funcionarios involucrados en malversaciones y proteger a los denunciantes para alentar la denuncia de prácticas ilícitas. Además, la formación especializada en ética bancaria y gestión transparente debería ser obligatoria para todos los agentes implicados en la gestión de los créditos públicos.

La crisis de confianza provocada por las revelaciones en torno a “Intelaka” exige también una revisión de los mecanismos de transparencia en la gestión de los programas de financiación pública. La creación de un portal digital específico que permita a los empresarios seguir el progreso de sus solicitudes de crédito en tiempo real podría representar una solución eficaz para limitar los abusos y garantizar una mayor equidad en la tramitación de los expedientes.

Asimismo, un informe anual que detalle el desempeño del programa, las tasas de aceptación de créditos, así como los sectores más financiados, sería una herramienta valiosa para medir el impacto real de “Intelaka”. La publicación de estos datos no sólo tranquilizaría a los empresarios, sino que también garantizaría el control ciudadano sobre el uso de los fondos asignados a este programa.

Estas medidas morales y de transparencia, aunque esenciales, sólo darán frutos si van acompañadas de una fuerte voluntad política. El escándalo “Intilaka” podría convertirse así en un punto de partida para una reforma más amplia, que establezca un sistema bancario y económico más justo e inclusivo, acorde con las aspiraciones de los ciudadanos marroquíes.

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