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Canadá, ¿el estado número 51 de Estados Unidos? Una “idea excelente”, según Trump

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En su red social Truth, durante la noche del martes al miércoles, Trump escribió que “no tiene sentido” que Estados Unidos “subsidie” a Canadá.

“Muchos canadienses quieren que Canadá se convierta en el estado número 51. Se ahorrarían enormemente en impuestos y protección militar. Creo que es una idea excelente”, argumentó el hombre que regresará a la Casa Blanca el 20 de enero.

Trump planteó por primera vez la idea de hacer de Canadá el estado número 51 de Estados Unidos a finales de noviembre, durante una cena en su finca de Mar-a-Lago a la que asistieron el primer ministro Justin Trudeau y miembros de su equipo.

En los días siguientes, los ministros del gobierno de Trudeau intentaron restar importancia a la propuesta de Trump. “El presidente contaba chistes. El presidente nos estaba tomando el pelo. Por supuesto, no fue un comentario serio”, afirmó el Ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, que estuvo presente en la cena.

Desde entonces, Trump ha multiplicado las publicaciones en las redes sociales en las que describe a Canadá como el 51º Estado americano. El presidente electo llegó incluso a llamar a Justin Trudeau “gobernador del gran estado de Canadá”.

Trump escribió el miércoles que su idea atrae a “muchos canadienses”. Una encuesta realizada por la firma Léger reveló que esta propuesta cuenta con el apoyo del 13% de los canadienses, mientras que por otro lado, el 82% de los encuestados se pronunciaron en contra de esta idea.

Léger encuestó a 1.520 personas entre el 6 y el 9 de diciembre. La encuesta no tiene margen de error porque las encuestas online no se consideran muestras verdaderamente aleatorias.

Trump, que amenaza con imponer aranceles del 25% a los productos canadienses exportados a Estados Unidos, también se refirió a la estrepitosa dimisión de la Ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, que sacudió el liderazgo de Trudeau a principios de semana.

El martes, Trump escribió en Truth que Freeland tenía una actitud que era “totalmente tóxica y nada propicia para llegar a acuerdos que beneficien a los muy infelices ciudadanos de Canadá”.

“No nos aburriremos”, insistió el presidente designado.

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