A pesar de un entorno económico marcado por numerosas incertidumbres, la economía francesa ” paciente “. Esta es la observación que hizo François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, durante su visita a RTL este martes 17 de diciembre. Con un crecimiento esperado del 1,1% en 2024 y del 0,9% en 2025, la economía francesa ciertamente muestra una desaceleración, pero no está cayendo en recesión. « Aún no es la recuperación que esperábamos […]pero tampoco es la recesión que algunos temen o que vemos en Alemania “, explicó.
Es notable la comparación con Alemania, la mayor economía europea actualmente en dificultades. Donde ciertos países sufren más las tensiones económicas internacionales, Francia logra estabilizarse. Para François Villeroy de Galhau, la recesión no está en la agenda para el próximo año. Sin embargo, cree que la verdadera recuperación podría ser “ pospuesto hasta 2026 ».
Uno de los anuncios más notables se refiere a la inflación, que según el gobernador ahora está bajo control. “ La victoria contra la inflación está muy cerca y casi asegurada », se alegró. En la zona euro, el objetivo se fija en una inflación del 2%, umbral al que Francia ya ha conseguido acercarse con una tasa estimada en el 1,7% para este año.
Inflación bajo control: un factor clave
Mejor aún, el Banque de France prevé una inflación inferior al 2% durante los próximos tres años. Esta evolución ofrece dos perspectivas positivas para la economía francesa. Por un lado, los salarios deberían “ crecer más rápido que los precios en promedio », lo que fortalecería el poder adquisitivo de los hogares. Por otro lado, esta tendencia podría provocar una caída de los tipos de interés, una señal favorable para la inversión y el atractivo económico del país.
« La inflación controlada protege a los hogares y crea condiciones más favorables para la economía. », subrayó François Villeroy de Galhau. Esta trayectoria contrasta con los desafíos que enfrentan otras economías europeas y coloca a Francia en una posición más favorable para los años venideros.
La economía francesa está mostrando signos de resistencia, a pesar de un crecimiento lento y un contexto internacional inestable. Aunque la recuperación total aún está muy lejos, controlar la inflación representa un importante paso adelante para los hogares y las empresas. Al estabilizar los precios y apoyar el poder adquisitivo, la Banque de France ve motivos de esperanza para 2024 y más allá. Queda por ver si esta tendencia puede confirmarse en un entorno económico que sigue siendo impredecible.
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