Si bien el tema conlleva una gran ambición impresionista y sensorial, la nueva película de Nabil Ayouch es una crónica demasiado convencional.
Después Lo que Lola quiera (2007) que relata los reveses de una empleada de correos de Nueva York que soñaba con convertirse en bailarina oriental en Egipto, y muy amado (2015), que exploró la prostitución en Marruecos, el cineasta marroquí Nabil Ayouch analiza una vez más la condición de las mujeres en los países árabes con Todo el mundo ama a Touda.
Fijando su cámara en el rostro de Touda (Nisrin Erradi), la película cuenta la historia de esta joven que intenta realizar su sueño de convertirse en cantante mientras cría a su hijo sordomudo de 9 años.
poesía de liberación
Cheikha (cantante tradicional) en las montañas del Atlas donde canta canciones tradicionales de protesta que celebran a las mujeres y su eterna lucha contra el patriarcado, decide ir a Casablanca para mejorar sus condiciones de vida y las de su hijo.
Vive hasta ahora principalmente de la variedad y del chaâbi, es decir, la música popular marroquí, y sueña con poder interpretar la aïta, este género musical ancestral originario de las tribus árabes beduinas, verdadera poesía de liberación.
Extrañamos la canción
De las dos cuestiones que plantea la película (por un lado, el objetivo emancipador de su personaje principal, por otro, un retrato febril de la cultura musical marroquí), la mirada de Nabil Ayouch se centrará principalmente en la primera.
Desafortunadamente, el fragmento más obvio y convencional, la película no logra trascender la historia de un viaje iniciático a través de la sensorialidad de las escenas de interpretación musical. Al no encontrar la distancia adecuada con el sujeto, la cámara de Ayouch pasa por alto la gran vitalidad de estas escenas de canto.
Nisrin Erradi irradia la pantalla sola
Demasiado elíptica y que se suceden demasiado rápidamente para que podamos experimentar toda la emoción, la película sacrifica su vena impresionista en favor de una mirada casi unidimensional y demasiado programática a la trayectoria de su personaje.
La actriz Nisrin Erradi, que sorprende por su fuerza física y la fragilidad de su mirada, puede irradiar la pantalla con su presencia, pero parece ser la única encargada de restaurar el inmenso secreto de la aïta. Su talento y su inmensa implicación no serán suficientes: de la gran fuerza subversiva de esta canción, de su poder de fascinación, de esta pulsación de vida, veremos muy poco.
Todo el mundo ama a Touda.de Nabil Ayouch con Nisrin Erradi, Joud Chamihy, Jalila Tlemsi, en cines el 18 de diciembre 2024
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