Hasta ahora, los trabajadores no podían ganar menos del salario mínimo cantonal, si lo hubiera. Incluso aquellos con profesiones particularmente mal remuneradas. Pero pronto esto podría dejar de ser el caso, porque ahora corresponde a los parlamentarios decidir si el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) o el salario mínimo deben tener prioridad. Tras ser aceptada la moción del centrista Ettlin (OW) “Proteger la colaboración social contra injerencias cuestionables”, el Consejo Federal no tuvo más remedio que preparar un proyecto de enmienda a la ley, transmitido este viernes al Parlamento.
Pero el Ejecutivo no oculta que lo hace a regañadientes, aunque con muchas esperanzas de que los diputados rechacen el texto. “Semejante modificación va en contra de varios principios del ordenamiento jurídico suizo. Esto, por ejemplo, va en contra del reparto de poderes entre la Confederación y los cantones”, opina Berna. El Consejo Federal, sin embargo, tiene motivos para estar confiado. Durante la fase de consulta, prácticamente todos los cantones se opusieron a la modificación tal como se presentó. Y desde entonces no se ha modificado ni una línea de texto.
El sindicato Unia no tardó en reaccionar. Lógicamente, pide al Parlamento que rechace el proyecto de ley. “La aplicación de la moción provocaría pérdidas salariales de hasta 1.000 francos mensuales para un gran número de empleados en Ginebra y Neuchâtel”, ilustra el sindicato.
Este último considera que la modificación no sólo iría contra el federalismo y la Constitución, sino también contra la democracia directa: “A través del voto popular, los ciudadanos de varios cantones han optado por introducir salarios mínimos para garantizar unas condiciones de vida dignas a los trabajadores. Cuestionar estas decisiones constituye un grave ataque a uno de los pilares fundamentales del sistema político suizo”, afirma el sindicato.
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