Cuando amamos, no contamos. Y para reconstruir Notre-Dame de París, parcialmente devastada por un incendio los días 15 y 16 de abril de 2019, no podríamos ser demasiado cuidadosos con los gastos. Después de varios años de trabajos titánicos estimados en cerca de 700 millones de euros en total, la emblemática catedral de París reabrirá sus puertas al público este fin de semana.
Una inauguración con gran fanfarria que reunió a nada menos que 50 jefes de Estado, entre ellos el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Una reapertura que no habría sido posible sin los casi 850 millones de euros en donaciones recaudados en todo el mundo. Y una parte de esta suma llegó directamente del otro lado del Atlántico, con cerca de 60 millones de euros de Estados Unidos.
Patrocinadores muy generosos
“Los estadounidenses representan la mayoría de nuestros donantes”, explica desde el principio 20 minutos Michel Picaud, presidente de la asociación Amigos de Notre-Dame de París (FNDP). Fundada en 2016, esta amigable organización estadounidense sin fines de lucro tenía como objetivo participar financieramente en la restauración de la catedral. Con el incendio de 2019, el FNDP se vio envuelto en el corazón del proyecto de reconstrucción del monumento, recibiendo miles de donaciones de los Estados Unidos.
“Hasta la fecha, contamos con 45.000 donantes estadounidenses frente a 5.000 del resto del mundo”, precisa Michel Picaud. Así, encontramos grandes mecenas del sector financiero o de seguros, como la “Fundación Starr” o la “Fundación Marie-Josee y Henry R. Kravis”, cada una con diez millones de euros en su haber. Pero también organismos religiosos como “La Arquidiócesis de Nueva York” o personas adineradas como Kenneth C. Griffin. Sin olvidar a las grandes multinacionales como “The Walt Disney Company”, “The Bank of America” o incluso “The American Express”, que ofrecen cada una donaciones por valor de varios millones de euros.
“Un fuerte apego de los estadounidenses a Notre-Dame”
“También fundamos una empresa para recibir donaciones, con mayor frecuencia y durante todo el año”, explica el presidente del FNDP. Denominada “Sociedad 1163”, en referencia a la fecha en la que se colocó la primera piedra de la catedral, la sociedad gestiona donaciones estadounidenses que oscilan entre 250 euros y 10.000 euros al año.
Pero ¿cómo explicar tal movilización en torno a un monumento que ni siquiera forma parte de su propio patrimonio? “Existe un apego muy fuerte entre los estadounidenses a Notre-Dame de París”, explica Michel Picaud. Por motivos religiosos para algunos, culturales para otros, a través de la obra de Victor Hugo, por ejemplo, o de las numerosas adaptaciones cinematográficas de la novela. Pero también histórico, en particular gracias a las famosas fotografías de las tropas estadounidenses frente a la catedral. “Notre-Dame de París es un símbolo de la amistad franco-estadounidense”, concluye nuestro experto.
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