El sábado y el domingo se desplegará un dispositivo “muy importante” de “6.000” policías y gendarmes para garantizar la seguridad de las ceremonias de reapertura de la catedral de Notre-Dame de París. Se esperan alrededor de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno.
En una rueda de prensa, el prefecto de policía de París, Laurent Núñez, anunció que durante estos dos días se movilizarían “6.000 personas (policías, gendarmes)”, como se hizo con la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos al final de julio.
Núñez reiteró que si no había una “amenaza clara” dirigida específicamente a estas ceremonias, se llevaron a cabo en un contexto de “un nivel muy alto de amenaza terrorista”.
Se movilizarán soldados del sistema Sentinel y la lucha contra los drones quedará bajo la autoridad del ejército. Durante estos dos días también será convocada la brigada fluvial de la jefatura de policía, así como la BRI (brigada de investigación e intervención) con francotiradores en los puntos altos.
El acceso a la Île de la Cité estará prohibido excepto para huéspedes y proveedores de servicios y se prohibirá el tráfico.
Las primeras restricciones de tráfico comenzarán el miércoles con la creación de “cinco boxes” para alojar a un máximo de 40.000 personas en los muelles altos de la orilla izquierda el sábado.
La capacidad de la catedral es de 3000 personas.
Núñez estuvo rodeado por Mons. Olivier Ribadeau Dumas, rector de Notre-Dame, Patrick Bloche, la primera vicealcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el alcalde del centro de París, Ariel Weil.
/ATS
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