El Tribunal Federal tendrá que pronunciarse en dos casos inusuales, por decir lo menos. Y ambos tienen una cosa en común: la votación a favor de una mejor protección de la biodiversidad, rechazada por un 63% por los suizos el 22 de septiembre. El primero es un niño de 11 años de Zurich. La pequeña cree que la votación debe considerarse nula, por considerar que no pudo votar. Siendo la biodiversidad la “base de su futuro”, considera que su opinión debería haberse tenido en cuenta.
Y si hoy se dirige al Tribunal Superior es porque su solicitud acaba de ser rechazada oficialmente por las autoridades cantonales. Esta última respondió muy oficialmente que el hecho de que se considere “capaz de discernimiento en materia de cuestiones medioambientales no cambia nada”. El derecho a conceder el derecho de voto a un menor no puede inferirse ni del derecho federal ni del derecho internacional”.
El segundo caso también procede del cantón de Zúrich. Y esta vez, debido a que las abejas silvestres no pudieron votar, la votación debería cancelarse. El texto afirma que “se debe conceder a las abejas silvestres el derecho de voto en materia medioambiental para preservar su dignidad como criaturas y protegerlas del exterminio por el hombre”. La solicitud incluso viene con una lista de carreras que merecen tener derecho a voto.
Al igual que la primera, esta segunda solicitud recibió una respuesta muy seria por parte del cantón de Zurich, explicando por qué las abejas no pueden votar. Pero la persona que lo presentó no quedó satisfecha, por lo que también acudió al Tribunal Federal. Cabe señalar que el comité que lanzó la iniciativa sobre la biodiversidad dice estar al tanto de estos casos, porque sus miembros los descubrieron en un sitio legal. Pero desconocen la identidad de los denunciantes y no están en contacto con ellos.
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