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Préstamos morosos: la transferibilidad de las deudas impagas, una piedra en el zapato de… BAM

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El establecimiento de un mercado secundario para préstamos morosos enfrenta obstáculos legales que dificultan la transferibilidad de los préstamos morosos (NPL). Entre los principales obstáculos identificados se encuentran la insuficiencia del marco civil, las onerosas formalidades administrativas y las restricciones vinculadas a la inversión.

Un almacén desierto, máquinas congeladas en una obra parada y un montón de facturas impagas. Tal fue el destino de una empresa tambaleante, rematada por la crisis pandémica y cuyos dirigentes se vieron obligados a declararse en quiebra. Un caso entre muchos otros, que simboliza esos miles de millones de dírhams inmovilizados en activos tóxicos, varados en los balances bancarios, sin posibilidad de recuperación ni de venta.

Según el Bank Al Maghrib, las deudas pendientes de empresas y hogares, registradas por los bancos, se han más que duplicado en diez años hasta superar los 98 mil millones de dirhams, lo que representa el 8,6% del crédito total de los bancos, ¡o casi el 7% del PIB! Una situación que probablemente empeorará, según Abderrahim Bouazza, director general del Banco Al-Maghrib, que advierte en el caso de que “las sucesivas crisis económicas de los últimos años, cuyos impactos aún no se reflejan plenamente en los balances, pongan en riesgo a incrementar aún más este importe pendiente. Los banqueros, como buenos líderes, brindan. El peso de estos activos genera elevados costes de gestión, y inmoviliza el capital exigido por la normativa de solvencia, además de lastrar en última instancia la liquidez.

En efecto, “las necesidades medias de liquidez de los bancos ascienden a unos 120 mil millones de dírhams”, según el director general del BAM. Un déficit que en última instancia será cubierto por el banco central, y que podría reducirse en el futuro, siempre que el mercado secundario de deudas vencidas cumpla todas sus promesas.

Serie de obstáculos
Ésta es una de las principales razones que motivó el establecimiento de este sistema dedicado a la revalorización de los activos bancarios inactivos. Pero en esta etapa, el proyecto enfrenta una serie de obstáculos legales que afectan la transferibilidad de los préstamos morosos (NPL). La insuficiencia del marco civil, los costosos trámites administrativos y las restricciones vinculadas a la inversión extranjera se encuentran entre los principales obstáculos identificados.

De hecho, según el Dahir de las Obligaciones y los Contratos, la cesión de una deuda requiere el consentimiento del deudor, una excepción “marroquí” que complica el proceso. Otro obstáculo planteado es la obligación de recurrir a trámites, como la notificación judicial o la modificación de hipotecas, que gravan aún más la transmisión de estos bienes.

Por último, las limitaciones impuestas a los inversores extranjeros, en particular las autorizaciones de la Oficina de Cambio para repatriar los fondos recaudados, constituyen un obstáculo adicional al crecimiento de este mercado, que probablemente limitará también la capacidad de los bancos para vender sus carteras de deudas deterioradas. Precisamente para remediar estos obstáculos, la conferencia, organizada conjuntamente el 28 de noviembre en Casablanca por el Bank Al-Maghrib y la Corporación Financiera Internacional (IFC), una filial del Grupo del Banco Mundial, se dedicó al tema “Catalizar la crisis secundaria”. mercado de deudas vencidas”, en presencia de numerosos expertos. Ambición declarada: sentar las bases de un marco jurídico y operativo con vistas a agilizar la transferencia de activos comprometidos. Al eliminar las barreras administrativas y legales, la reforma actual espera liberar a los bancos de esta carga, atraer inversores especializados y, en última instancia, fortalecer la resiliencia del sistema financiero.

Obstáculos fiscales y operativos
La cuestión de la transferibilidad de los préstamos morosos sigue estando en el centro de las preocupaciones por el surgimiento de un mercado secundario eficaz. Estas deudas, que constituyen cerca del 8,5% de los préstamos bancarios en Marruecos, están clasificadas principalmente como “comprometidas”, formuladas de manera diferente, no recuperadas desde hace más de 12 meses. Para su transferencia se prevén dos mecanismos: la titulización y la transferencia directa. Si el primero ofrece garantías de estructuración, sigue siendo caro, con comisiones equivalentes al 3% del valor de la cartera en cuestión, según un estudio reciente del Banco Mundial.

Por otro lado, la transferencia directa parece una alternativa más ágil y menos costosa, especialmente adecuada para los pequeños inversores. Sin embargo, su despliegue requiere ajustes legales, fiscales y operativos, según Nabil Badr, subdirector del departamento de supervisión bancaria del Bank Al-Maghrib. Entre los obstáculos identificados, la insuficiencia del marco jurídico marroquí sigue siendo un obstáculo importante.

Actualmente, se requiere el consentimiento de los deudores para la cesión de deudas, limitación que el proyecto de reforma pretende eliminar. “Eliminar esta limitación es esencial para agilizar la transferencia de créditos y crear un mercado secundario eficiente”, cree Nabil Badr.

Además, la clarificación de los criterios fiscales, en particular la deducibilidad de las pérdidas y las provisiones, es esencial para atraer inversores y garantizar la viabilidad del sistema. Desde esta perspectiva, armonizar los datos bancarios y las normas de valoración parece crucial para valorar las carteras vendidas. Este proyecto, junto con un marco prudencial sólido y una mayor transparencia, podría reducir significativamente la carga de las deudas comprometidas en los balances bancarios, al tiempo que crearía oportunidades para los actores locales y extranjeros.

La experiencia europea
Esta ambición encuentra ecos en experiencias internacionales en las que soluciones similares han permitido frenar crisis sistémicas. El ejemplo europeo, en particular, demuestra cómo los sistemas bien estructurados pueden transformar una carga bancaria en una palanca para la estabilización macrofinanciera.

En respuesta a la crisis griega de 2014, donde las deudas comprometidas superaron los 1 billón de euros (es decir, el 8% de los préstamos bancarios), las soluciones impulsadas por el mercado ayudaron a restaurar cierta estabilidad financiera.

Esta crisis, agravada por las frágiles estructuras económicas en Italia y las burbujas inmobiliarias en Irlanda y España, ilustra hasta qué punto los activos tóxicos pueden paralizar los balances de los bancos y, en última instancia, comprometer toda la economía del Viejo Continente.

“Las deudas incobrables no son sólo un problema de los bancos; también obstaculizan la transmisión monetaria y pesan sobre la economía real, frenando así la recuperación económica”, analiza Maciej Grodzicki, asesor de riesgos sistémicos del Banco Central Europeo (BCE).

Para superar este doloroso episodio, Europa desplegó una estrategia estructurada en torno a medidas complementarias. En primer lugar, el fortalecimiento de la transparencia de los datos ha estado en el centro de la acción europea. Las plantillas estandarizadas, adoptadas en 2017 por la Autoridad Bancaria Europea, impusieron requisitos precisos a los bancos para proporcionar información detallada sobre sus carteras de deuda. Estos modelos, aunque complejos, han permitido reducir la asimetría de información entre bancos e inversores, facilitando así las transacciones.

“Continuamos nuestros esfuerzos hacia la posible creación de un centro digital centralizado para consolidar los datos sobre los deudores morosos”, enfatiza Grodzicki.

Al mismo tiempo, el BCE introdujo directrices para evitar la reaparición de estas reclamaciones. Entre ellos se encuentran la obligación de que los bancos presenten estrategias de resolución, la separación de unidades de negocio y departamentos de gestión de deuda y el establecimiento de normas estrictas de provisiones.

Europa también ha invertido en el desarrollo de un ecosistema de servicios especializados, incluidas entidades dedicadas a la gestión de carteras y expertos en reestructuración corporativa, garantizando al mismo tiempo que se preserven los derechos de los prestatarios.

Este enfoque integrado ayudó a transformar una crisis sistémica en una oportunidad para fortalecer la resiliencia financiera. Resultado: se vendieron más de 500 mil millones de euros en créditos en ocho años, lo que permitirá reducir los créditos vencidos a 350 mil millones de euros en 2022.

“Las soluciones basadas en el mercado no sólo han liberado capital, sino que también han permitido a los bancos desvincularse de la gestión operativa de los préstamos morosos y reorientar sus esfuerzos en la economía real”, dice Grodzicki.

La experiencia europea demuestra que la gestión de activos no productivos puede convertirse en una palanca para la resiliencia financiera, un camino que Marruecos se está preparando para explorar.

Según Nabil Badr, actualmente la Secretaría General del Gobierno está adoptando el marco jurídico para el mercado secundario. Fruto de un enfoque colegiado, este proyecto parece dispuesto a dar un paso decisivo hacia su realización.

Abderrahim Bouazza
Director General del Banco Al-Maghrib.
“La cesión de deudas vencidas no es sólo una medida técnica, es una palanca estratégica para fortalecer la resiliencia del sector bancario, reduciendo los balances y liberando recursos para una economía en busca de dinamismo”.

Una nueva clase de inversores para revalorizar las deudas incobrables

El establecimiento del mercado secundario de deudas vencidas va acompañado de la llegada de una nueva categoría de inversores especializados. Su papel será hacerse cargo de estas deudas, ahora mejor valoradas gracias al marco legal en preparación, diseñado para simplificar su transferencia.

Al comprar estas deudas, estos actores ofrecerán a los bancos la oportunidad de sanear sus balances y al mismo tiempo fortalecer su capacidad de financiación.

“Este mecanismo abre el camino a una gestión más ágil y eficiente de las deudas, al tiempo que consolida la resiliencia del sector bancario”, argumenta Abderrahim Bouazza, director general del Bank Al-Maghrib.

Basada en un marco legislativo que actualmente se está ultimando, la reforma que se está ultimando tiene como objetivo eliminar los últimos obstáculos operativos, como las restricciones administrativas y fiscales, para agilizar la transferencia de créditos. Una dinámica que pretende transformar el tratamiento de las deudas incobrables.

Ayoub Ibnoulfassih / Inspiraciones ECO

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