Según la investigación del fiscal, una parte de los fondos blanqueados en Suiza se pagó al banco Lombard Odier & Cie SA de Ginebra. El papel considerado “determinante” del banco y de uno de sus exgerentes motivó el proceso penal iniciado desde diciembre de 2016 contra ellos por sospecha de blanqueo de capitales agravado.
Cooperación propuesta
El ex directivo en cuestión estuvo activo entre 2008 y 2012 en la unidad de Clientes Privados de Lombard Odier, precisa el MPC. Debido en particular a su papel como miembro del comité de inversiones de un fondo de Gulnara Karimova, habría conocido a la hija del ex presidente uzbeko y a varios miembros de la “Oficina” incluso antes de su incorporación al banco.
Tras incorporarse al establecimiento en 2008, el hombre supuestamente mantuvo contacto activo con miembros de la “Oficina” y ofreció cooperación a algunos de ellos. En su calidad de gerente, se le acusa de haber abierto o hecho abrir, entre agosto de 2008 y agosto de 2012, con Lombard Odier, nueve relaciones bancarias destinadas a recibir fondos resultantes de delitos cometidos por la organización.
Falsos beneficiarios reales
El ex directivo habría gestionado posteriormente estas relaciones bancarias, para las que se habrían designado falsos beneficiarios reales. Un aspecto que no habría informado en el banco, aunque hubiera sabido que la verdadera y única usuaria de los fondos era Gulnara Karimova.
En este contexto, el imputado también habría calificado falsamente como empresa operativa a una empresa de la “Oficina” cuando habría sabido que esta última no tenía actividad ni empleados y que había sido constituida por la organización delictiva con el único fin de objetivo de dar cobertura jurídica a las transferencias de fondos procedentes de delitos.
Se acusa también a la demandada de no haber aclarado o de haberlo aclarado falsamente y tardíamente sobre los antecedentes económicos de los créditos y débitos ocurridos en las nueve relaciones bancarias en cuestión. Supuestamente tampoco informó al organismo de supervisión del cumplimiento, obstruyendo la obligación inmediata de informar a la Oficina de Denuncia de Blanqueo de Capitales (MROS).
Además, el exgerente habría autorizado a un miembro de la “Oficina”, que no disfrutaba de derecho de acceso, en noviembre de 2011 y junio de 2012, a acceder a una caja fuerte vinculada a una relación bancaria de la organización criminal lombarda. Odier y llevarse documentos destinados a servir de cobertura jurídica para justificar transferencias de fondos, o transferir todos los documentos a otra caja fuerte.
Corrupción en las telecomunicaciones
Según la acusación de la Procuraduría General, el acusado sabía que los fondos transferidos a las relaciones bancarias pertinentes procedían de actividades delictivas de la “Oficina”, incluidos actos de corrupción cometidos en el sector de las telecomunicaciones de Uzbekistán.
En este contexto, presuntamente cometió actos susceptibles de obstaculizar la identificación del origen, el descubrimiento y el decomiso de bienes, que sabía provenían de delitos.
Normas y directivas no respetadas.
En el marco de la apertura y gestión de las relaciones bancarias en cuestión, el MPC critica a Lombard Odier por no haber respetado las normas de la época en la lucha contra el blanqueo de dinero, pero también sus propias directivas internas.
En particular, la investigación habría demostrado deficiencias en la identificación y renovación de la identificación del beneficiario efectivo de las relaciones en cuestión, de la obligación de aclaraciones adicionales de las relaciones que presentan un mayor riesgo, de la aceptación y la revisión anual de las relaciones comerciales. con personas políticamente expuestas (PEP), la obligación de identificar y aclarar las transacciones que presenten mayor riesgo y la organización interna.
“Múltiples fracasos”
Al menos entre 2008 y 2012, el programa de lucha contra el blanqueo de Lombard Odier presentó supuestamente “múltiples fallos” que impidieron tanto evitar como detectar actividades de blanqueo “repetidas y duraderas” cometidas por el directivo.
En este contexto, el banco no tomó “todas las medidas organizativas razonables y necesarias” para impedir la comisión de actos de blanqueo de capitales agravado en su seno.
El banco rechaza las acusaciones en su contra
Lombard Odier indicó que había leído la decisión del MPC. Para el banco, las acusaciones formuladas en su contra son “infundadas” y el establecimiento “las rechaza firmemente”.
La investigación comenzó “tras una comunicación proactiva de sospechas por parte de Lombard Odier a las autoridades suizas (MROS) en 2012”, añade el banco, que afirma haber “siempre ha cooperado plenamente con las autoridades competentes”.
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