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En Busan, Corea del Sur, las negociaciones sobre el tratado sobre la contaminación plástica están preocupantemente retrasadas – VivAfrik

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Las negociaciones en curso en Busan sobre el tratado para combatir la contaminación plástica parecen estancarse en el tercer día de discusiones. Después de una serie de intensos debates, el progreso es lento y los negociadores luchan por encontrar puntos comunes en puntos cruciales del futuro tratado. Esta situación se puede atribuir en gran medida a las tensiones actuales derivadas de la COP 29 sobre el clima, donde las discusiones se centraron más en la cuestión de la financiación de acciones climáticas que en la producción y gestión de residuos plásticos. Si bien la contaminación plástica es un problema global importante, las crecientes divisiones entre los países desarrollados y en desarrollo corren el riesgo de socavar la ambición del tratado.

Un contexto político complejo y divisiones crecientes

El tratado contra la contaminación plástica, aunque se espera que sea un paso importante en la lucha contra la contaminación global, parece estar sufriendo retrasos en su desarrollo. Los debates en Busan, que se han intensificado a lo largo de los días, revelan puntos de fricción, en particular sobre la cuestión de la distribución de la financiación necesaria para la aplicación de medidas para reducir la contaminación por plástico. Los países desarrollados enfatizan la necesidad de fortalecer el financiamiento internacional, mientras que los países en desarrollo exigen un apoyo financiero más sustancial para implementar soluciones locales y evitar que empeore su ya frágil situación económica.

Este debate sobre la financiación adquirió una importancia significativa después de la COP 29 sobre el clima, donde la falta de recursos asignados a iniciativas climáticas dominó las discusiones. La atención prestada a estas cuestiones financieras ha eclipsado en cierto modo el verdadero meollo del problema: la producción y gestión de plásticos y la reducción de los residuos plásticos en origen. Para muchos expertos, esta divergencia en las prioridades frena el progreso hacia un tratado ambicioso y universal.

Un método de discusión controvertido

Ante estas tensiones, varios negociadores expresan una creciente preocupación por el método elegido por la Presidencia para guiar las discusiones. Según varias fuentes, la presidencia de las negociaciones parece favorecer un proceso de debates en pequeños grupos, lo que ha provocado una falta de coordinación y unidad entre los diferentes actores. Esto ha provocado retrasos en el desarrollo de propuestas concretas, y la mayoría de los participantes piden un enfoque más inclusivo y estructurado para abordar de manera integral el complejo tema de la contaminación plástica.

Las críticas se centran en particular en la ausencia de un marco claro para avanzar en los debates relacionados con la reducción de la producción de plástico, un aspecto fundamental para cualquier estrategia destinada a frenar la contaminación plástica a largo plazo. Las propuestas de algunas naciones ricas, que favorecen soluciones tecnológicas para reciclar los plásticos existentes, son consideradas insuficientes por los países en desarrollo, que insisten en la importancia de un cambio sistémico real.

Un tratado crucial para el futuro del planeta

La lucha contra la contaminación plástica se ha convertido en uno de los desafíos medioambientales más apremiantes de nuestro tiempo. Según un informe de la ONU, cada año se producen casi 400 millones de toneladas de plástico, gran parte del cual termina en nuestros océanos, poniendo en peligro la biodiversidad marina y la salud de los ecosistemas. Por lo tanto, se considera esencial el establecimiento de un tratado internacional vinculante para coordinar los esfuerzos globales y detener esta creciente amenaza.

Sin embargo, con diferencias persistentes sobre las prioridades y un método de negociación considerado demasiado fragmentado, queda por ver si los negociadores lograrán superar estos obstáculos para lograr un tratado integral ambicioso. Las discusiones en Busan marcan un punto de inflexión, y muchos observadores piden un mayor compromiso de los estados miembros para evitar que la contaminación plástica se convierta en un problema fuera de control.

Moctar FICUU / VivAfrik

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