La constelación de dos satélites Sentinel-1 es el componente de Copernicus encargado de proporcionar imágenes de radar de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica y en todo momento. Hasta ahora estaba compuesto por Sentinel-1A y 1B. Este último vio su misión finalizar prematuramente en 2022 debido a una anomalía, lo que llevó al lanzamiento de Sentinel-1C. Sentinel-1A, lanzado en 2014, será desmantelado en un futuro próximo y reemplazado por su sucesor, Sentinel-1D, cuyo lanzamiento está previsto no antes de septiembre de 2025. La producción de Sentinel-1C y 1D costó aproximadamente 470 millones de euros. en comparación con 230 para 1A y 1B.
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Una vez en órbita, Sentinel-1C tendrá que reiniciarse en vuelo y, por lo tanto, sólo estará operativo dentro de tres a seis meses. “Dada la complejidad del satélite, estaremos más cerca de cuatro o cinco meses que de tres”, afirmó Yvan Baillion, director de actividades europeas de Thales Alenia Space. Muy similar a sus predecesores, el satélite de aproximadamente 2,3 toneladas presenta, sin embargo, dos nuevas tecnologías. Uno permite la detección e identificación automática de barcos en el mar y el otro permite separar la antena del radar del satélite cuando ingresa a la atmósfera para reducir los desechos durante la salida de órbita.
La red Copernicus está compuesta actualmente por ocho satélites (un Sentinel-1, tres Sentinel-2, dos Sentinel-3, un Sentinel-5p y un Sentinel-6). Incluyendo Sentinel-1C, están previstos otros doce lanzamientos. Las misiones Sentinel-5 y 6 se lanzarán en los próximos años y se encargarán de controlar la composición atmosférica de la Tierra.
Este lanzamiento es un momento importante para la industria espacial europea, ya que marca el regreso del lanzador ligero Vega-C de Arianespace a la plataforma de lanzamiento. El cohete experimentó fallas durante su primer vuelo comercial en 2022, que terminó en fracaso. “Hemos aplicado las recomendaciones técnicas al pie de la letra y estamos listos para relanzar Vega-C con calma”, aseguró Toni Tolker-Nielsen, director de transporte espacial de la ESA.
“Copernicus contribuye a la gestión de emergencias climáticas y a la transición verde, por lo que el lanzamiento de Sentinel-1C es importante para restablecer plenamente la misión Sentinel-1”, comentó Christoph Kautz, de la Dirección General de Industria de Defensa y del Espacio de la Comisión Europea. “La Unión Europea aspira a ser neutra en carbono y se debe utilizar Copernicus para medir nuestro progreso”.
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