EL violencia basada en el género y basada en la tecnología (GBVFT) constituyen un flagelo global creciente, y la Marruecos no escapes de ello. EL mujer y las niñas, los principales objetivos, sufren formas de violencia digital a menudo con consecuencias devastadoras. un estudio de Alta Comisión de Planificación (HCP)que data de 2019, revela que el 19% de la violencia contra las mujeres en el país es digital, tasa que se eleva al 34% entre las jóvenes de 15 a 19 años.
Ante esta creciente amenaza, elAsociación Democrática de Mujeres Marroquíes (ADFM)Medios y Cultura, Cómo mamá, cómo babay Jat w Jabt – Génération Libre acaba de lanzar la campaña “Fuera de control”. Como parte de los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres (del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2024), esta iniciativa tiene como objetivo denunciar el mal uso de tecnologíasque se convierten en herramientas de opresión y dominación en lugar de promovereducación y elempoderamiento de las mujeres.
“No debemos permitir que estas herramientas de progreso se conviertan en armas de opresión y dominación”, declaró al periódico “Le Matin” Ghizlane MamounYo, presidenta de la Asociación Kif Mama Kif Baba y portavoz de la campaña. Advierte sobre las variadas formas que adopta esta violencia digital: acoso, doxing (publicación maliciosa de datos personales), amenazas e incumplimientos de vida privada. Estas prácticas, aunque virtuales, tienen graves repercusiones en la salud mental y condición física de las víctimas, a veces acompañado de violencia fisica. “Las plataformas digitales operan cumpliendo con los marcos normativos y legales definidos por la legislación de cada país. Por lo tanto, es necesario establecer un diálogo abierto con todas las partes interesadas para comprender mejor los problemas y los impactos de las tecnologías en las mujeres y las niñas. Este enfoque, en relación con la resolución presentada por Marruecos para Consejo de Derechos Humanosenfatiza la importancia de realizar investigaciones en profundidad para comprender estos problemas y sus consecuencias. Sobre esta base, es posible diseñar marcos legales apropiados, destinados a regular las tecnologías y al mismo tiempo definir responsabilidades claras para las plataformas digitales, con el fin de garantizar una mejor protección de las mujeres y las niñas contra la violencia digital”, insiste Ghizlane Mamouni.
Por tanto, la campaña “Fuera de control” aboga por una respuesta institucional fuerte, adaptada a los desafíos de la era digital. Esta iniciativa también pretende informar a la opinión pública sobre el alcance de la violencia digital y sus desastrosas consecuencias. Las asociaciones no sólo quieren concienciar, sino también ofrecer apoyo concreto a las víctimas, proporcionándoles recursos para comprender esta violencia y protegerse de ella. En colaboración con actores locales, nacionales e internacionales, la campaña pretende fortalecer la investigación y la recopilación de datos sobre este fenómeno aún mal medido.
La campaña finalmente pide políticas públicas ambiciosas, integrando medidas de prevención y protección para garantizar el uso seguro y respetuoso de las tecnologías. El objetivo es lograr que la revolución digital se convierta en una palanca paraigualdad de géneroy no una fuente de opresión adicional. “Nuestro enfoque estratégico para la campaña “Fuera de Control” se basa en varios ejes clave: concientización, educación, movilización, promoción y apoyo. Produciremos contenidos impactantes y accesibles para concienciar al público en general sobre la violencia digital y ofrecer soluciones prácticas para protegerse de ella”, explica el portavoz de la campaña. Y para agregar que “la campaña transmite muchos mensajes clave, en particular la violencia digital es real y grave, tiene impactos devastadores en las vidas de las víctimas, incluida su salud mental, su reputación y su seguridad física; nadie está a salvo de esta violencia, pero afecta desproporcionadamente a mujeres y niñas; es fundamental romper el silencio, denunciar esta violencia y apoyar a las víctimas para poner de relieve un fenómeno que todavía se trivializa o ignora con demasiada frecuencia; la rendición de cuentas colectiva es esencial, involucrando a los usuarios de plataformas digitales, empresas de tecnología y responsables políticos para construir un entorno en línea seguro e inclusivo; La lucha contra la violencia digital requiere acciones inmediatas, con leyes más estrictas, mejor educación y herramientas de prevención efectivas.
Cabe señalar que en una segunda fase, a principios de 2025, el asociaciones suplicará a los tomadores de decisiones reformas legislativas y una mejor protección para los supervivientes. “En el corto plazo, deseamos implementar mecanismos de escucha y asistencia para apoyar a las víctimas, y desarrollar alianzas estratégicas con los medios de comunicación, las instituciones públicas y plataformas digitales para garantizar un enfoque sostenible y colaborativo”, explica Mamouni.
Al movilizar el sociedad civil y tomadores de decisiones, la campaña “Fuera de Control” pretende hacer de la lucha contra la violencia digital una prioridad nacional, para proteger a las mujeres y las niñas y restaurar la promesa de una tecnología emancipadora.
Preguntas a Ghizlane Mamouni, presidenta de la Asociación Kif Mama Kif Baba
Le Matin: ¿Cuáles son los principales desafíos que encuentra al movilizarse en torno a GBVFT? ¿Existen actualmente mecanismos o recursos efectivos para las víctimas?
Ghizlane Mamouni: Los principales desafíos a la hora de movilizarse en torno a la violencia de género facilitada por la tecnología (GBVFT, por sus siglas en inglés) son múltiples. En primer lugar, existe una falta de conciencia generalizada sobre la escala y la gravedad de esta violencia, lo que limita la participación pública e institucional. Luego, las propias víctimas enfrentan muchos obstáculos, incluido el miedo a las represalias, la vergüenza y la falta de conocimiento de los remedios disponibles. Los discursos que minimizan esta violencia o culpan a las víctimas también constituyen un obstáculo importante. Por último, las plataformas digitales, aunque esenciales para denunciar abusos, a menudo carecen de mecanismos eficaces y adecuados para proteger a las víctimas.
Actualmente, las medidas para las víctimas siguen siendo insuficientes. Aunque existen leyes y estructuras de asistencia, como centros de escucha o asociaciones de apoyo a las víctimas, su accesibilidad y eficacia varían. Los marcos legales a menudo carecen de especificidad o aplicación rigurosa frente a la violencia digital. Además, las propias plataformas no siempre garantizan una respuesta rápida o adecuada a las denuncias de abuso.
¿Cómo crees que podemos integrar estos temas en los programas educativos para prevenir la violencia desde muy pequeños?
La integración de temas relacionados con la violencia de género y digital en los programas educativos es esencial para una prevención sostenible. Se trata de sensibilizar al alumnado de primaria sobre la igualdad de género y el respeto mutuo, la implementación de una educación para la ciudadanía digital para el uso responsable de Internet y la formación del profesorado en estas materias. También es necesario involucrar a las familias a través de talleres de sensibilización. Este enfoque global tiene como objetivo deconstruir estereotipos, promover comportamientos respetuosos y formar una generación consciente y capaz de luchar contra estos fenómenos.
¿Cuáles son sus expectativas de los tomadores de decisiones para garantizar un entorno digital seguro e igualitario?
Existe una necesidad urgente de fortalecer las leyes existentes para proteger mejor a las víctimas de la violencia tecnológica, mejorar los mecanismos de apoyo psicológico, legal y social y establecer una colaboración más estrecha con los actores digitales para crear un ecosistema más seguro. Es imperativo aprovechar la oportunidad que ofrece la reforma del Código Penal actualmente en discusión para integrar disposiciones específicas sobre la violencia tecnológica.
Además, la revisión de la Ley 103-13 de lucha contra la violencia contra las mujeres, solicitada por asociaciones feministas, constituye una oportunidad crucial para fortalecer esta legislación. Esto implica integrar disposiciones claras y específicas adaptadas a las formas emergentes de violencia de género facilitadas por las tecnologías. Al basarse en un enfoque concertado e inclusivo, esta reforma no solo podría llenar las brechas actuales, sino también ofrecer soluciones duraderas para proteger mejor a las víctimas, responsabilizar a los atacantes y adaptar el marco legal a los desafíos que plantea el ecosistema digital.
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