“Al colocar estructuras cerca de la naturaleza y de plantas nativas en su jardín, no solo apoya al petirrojo, sino también a muchas otras aves e insectos útiles”, recuerda BirdLife. Los arbustos y árboles autóctonos, así como los prados o céspedes floridos que ofrecen una amplia variedad de flores durante toda la temporada, son especialmente importantes para los insectos y todos los animales que se alimentan de ellos. La hiedra contra la pared de la casa o un árbol muerto en el jardín también brindan alimento y oportunidades para anidar. “Dejar hojas muertas en el lugar o amontonadas en otoño proporciona refugio a los animales incluso durante la estación fría”, señala la asociación. En cuanto al jardín, dejar algunas zonas sin segar favorece la vida silvestre.
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