¿Un voto por nada? El martes 26 de noviembre, los eurodiputados debaten el futuro tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia). El texto, negociado por la Comisión Europea, es muy criticado en Francia por las organizaciones de agricultores, que han organizado varias jornadas de movilización en las últimas semanas. Los partidos políticos respondieron con una inusual unanimidad al respecto, rechazando este texto que prevé, en particular, reducir los derechos de aduana sobre un cierto número de importaciones.
El debate, previsto a partir de las 15.00 horas, está organizado en virtud del artículo 50-1 de la Constitución. Según este artículo, “el Gobierno puede, por iniciativa propia o a petición de un grupo parlamentario (…), hacer una declaración sobre un tema específico que dé lugar a debate y, si así lo decide, puede ser objeto de votación sin incurrir en responsabilidad “. Tras las discusiones se organizará una votación, pero será puramente consultiva y nada obligará al Gobierno a seguir la opinión de los diputados. ¿Por qué entonces quiso organizar este debate?
En primer lugar, porque lo solicitaron varios grupos políticos sentados en el hemiciclo. “Es legítimo que la Asamblea Nacional pueda expresarse sobre la cuestión (…) porque concierne a todos los franceses”declaró la semana pasada la portavoz del Gobierno, Maud Bregeon, en TF1. “Era inaceptable que se pudiera aplicar un acuerdo sin que la Asamblea hubiera votado una sola vez”reaccionó por su parte la jefa de los diputados de La France Insoumise, Mathilde Panot, durante una rueda de prensa.
Sin embargo, es probable que el resultado de la votación tenga poco impacto. En primer lugar, porque el gobierno se niega a decir demasiado sobre las consecuencias de un voto negativo. El diputado de LR Julien Dive interrogó a la ministra de Agricultura, Annie Genevard, durante la sesión de preguntas del gobierno el 19 de noviembre. “¿Están dispuestos a respetar esta votación y entablar un enfrentamiento real con la Comisión Europea para defender nuestra soberanía alimentaria?” Este debate “Será fructífero y créanme que estaremos muy, muy movilizados en este tema”evadió el ministro.
Una votación masiva de los diputados contra el acuerdo UE-Mercosur aún podría dar crédito a Francia en sus intercambios con la Comisión Europea, que quiere completar las negociaciones en los próximos meses. Ya en 2019, la Asamblea había aprobado una resolución pidiendo al gobierno que votara en contra del acuerdo, informó LCP en ese momento. París intervino entonces en las negociaciones en curso, sin conseguir detenerlas.
A los ojos de nuestros vecinos europeos, el debate organizado en la Asamblea Nacional aparece ante todo como una cuestión de política nacional. El gobierno de Michel Barnier está relativamente aislado en su oposición frontal al futuro acuerdo dentro de la UE y no puede formar una minoría de bloqueo dentro de los estados miembros. Así, si el Ejecutivo europeo decide dividir el acuerdo en dos, la parte comercial podría ser adoptada simplemente por mayoría cualificada (es decir, 15 países que representen el 65% de los habitantes de la UE) por el Consejo Europeo. A continuación, los eurodiputados examinarán el texto. Si dan su aprobación, el acuerdo se aplicará en toda la UE, sin que la política aduanera sea responsabilidad de los estados miembros.
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