Partido completamente loco, el lunes por la noche, en Les Vernets. Completamente fuera de tema durante el primer cuarto de hora de juego, amorfo y perdiendo por cuatro cuerpos, Genève-Servette logró la improbable hazaña de derrocar a Ambri (6-5 después). ¿Puede esta victoria, inimaginable durante mucho tiempo, servir como detonante para que los Eagles se queden rezagados en la Liga Nacional?
Esta noche superlativa sólo pudo coronar a Michael Spacek, hasta entonces silencioso en el campeonato. El delantero checo, que abrió su contra después de 18 apariciones sin encontrar el fallo, cumplió ante los 5.239 espectadores tras 4’22” de la prórroga.
Estos dos puntos conseguidos ante un equipo leventino en crisis, que sufrió su décima derrota en sus últimos doce partidos en la Liga nacional, permitieron ciertamente a los ginebrinos demostrar sus grandes recursos morales, pero no tranquilizaron a muchos en el club campeón suizo. en 2023 y Europa el año siguiente.
Porque el comienzo del partido del Granate fue simplemente horrible, incluso vergonzoso: sin jugo ni ganas, como ausentes de los debates, los hombres de Jan Cadieux dejaron que sus oponentes marcaran goles uno tras otro (5º Heim 0-1, 8º DiDomencio 0-2 , 10.º Bürgler 0-3, 16.º Landry 0-4), sin mostrar ningún gesto de rebelión.
Hasta este punto de inflexión del partido en el minuto 17. Virtanen, en contacto con Manninen, fue (muy) severamente castigado por los árbitros con una penalización de partido debido a una carga contra las tablas sobre el otro máximo goleador del partido. Tras la larga ventaja numérica que siguió, Genève-Servette logró compensar la mitad de su déficit gracias a Granlund (18.º, 1-4) y Praplan (19.º, 2-4). Suficiente para transformar los pitos del público de Vernets en ánimos y cánticos.
Después de ver a su portero finlandés Antti Raanta, que había sustituido a Robert Mayer tras el 0-3, encajar un quinto gol al inicio del tercio medio (23. Heed 2-5), las Águilas no se dieron por vencidas. De lo contrario. Redujeron el marcador en inferioridad numérica, con un acierto firmado por Manninen (29º, 3-5). De paso, Pouliot (30º, 4-5), autor de su primer gol de la temporada, acercó a su equipo a poca distancia de los biancoblù. Antes del empate, en dos tiempos, del mismo Manninen (37º, 5-5).
Pero el héroe del partido viste una camiseta granate con el número 43. Spacek (65º, 6-5), con un preciso disparo en la muñeca, engañó por última vez la vigilancia de Janne Juvonen, a 38 segundos del final de la prórroga.
El GSHC dispone ahora de dos días para poner en práctica sus ideas, antes de la recepción en Friburgo-Gottéron, el miércoles por la tarde (19.45), en Les Vernets.
Ginebra – Ambri 6-5 ap (2-4 3-1 0-0 1-0)
Les Vernets, 5.239 espectadores. Árbitros: MM. Piechaczek, Stolc; Urfer, Gnemmi.
Peros: 5e Heim (Müller) 0-1, 8e DiDomenico (De Luca, Terraneo) 0-2, 10e Bürgler (Pezzullo) 0-3, 16e Landry (Bürgler, Heed / 5c4) 0-4, 18e Granlund (Pouliot, Manninen / 5c4) 1-4, 19e Praplan (Richard, Palve / 5c4) 2-4, 23e Heed (Bürgler, Landry / 5c4) 2-5, 29e Manninen (Spacek, Jacquemet / 4c5!) 3-5, 30e Pouliot (Granlund) 4-5, 37e Manninen (Berni / 4c4) 5 -5, 65e Spacek (palvé) 6-5.
Ginebra: Mayer (10e Raanta); Vatanen, Chanton; Karrer, Berna; Jacquemet, Le Coultre; Schneller; Praplan, Richard, Bertaggia; Pouliot, Manninen, Granlund; Miranda, Spacek, Servicio; Völlmin, Jooris, Cavalleri; Malla. Entrenador: Jan Cadieux.
Ámbar: Juvonen; Atención, Pezzullo; Virtanen, Zgraggen; Wüthrich, I. Dotti; Terraneo; Zwerger, Landry, Atrás; DiDomenico, Maillet, De Luca; Ladrón, Costner, Pestoni; Grassi, Heim, Müller; Douay. Entrenador: Luca Cereda.
Sanciones: 5 x 2′ contra Ginebra; 1 x 2′ + 1 x 5′ (Virtanen) + penalti de partido (Virtanen) contra Ambri.
Notas: Ginebra sin Descloux, Lennström, Guignard, Hischier, Loosli, Rod, Maillard ni Hartikainen (lesionados). Ambri sin Senn, Z. Dotti o Curran (supernumerarios).
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