la oferta de formación superior es cada vez más difícil de entender para los estudiantes de secundaria, los estudiantes, las familias y, en general, para todos los ciudadanos. Mezcla títulos nacionales y certificaciones profesionales, lo que genera una verdadera confusión.
El informe de información parlamentaria nº 2458 (del 10 de abril) analiza los desafíos que plantea la educación superior privada y con fines de lucro. Aborda cuestiones relacionadas con la calidad, la regulación y el impacto económico y social. Destaca serias preocupaciones sobre la calidad de la formación, la falta de transparencia y los riesgos vinculados a la búsqueda excesiva de beneficios.
La complejidad generada por la multiplicación de actores es particularmente perjudicial para las personas procedentes de entornos menos favorecidos, que pueden encontrarse en una situación de vulnerabilidad ante las prácticas comerciales de determinados establecimientos privados lucrativos. No se trata de crear una oposición entre el sector público y el privado, ya que la libertad de elección en términos de formación es un principio esencial.
Una valoración imprescindible
Se trata de asegurar que la “comercialización” de la formación no supere límites aceptables y, sobre todo, garantizar la calidad de la educación superior. Es fundamental preservar el valor de los títulos expedidos por nuestras instituciones, reconocidas y acreditadas por el Estado.
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La complejidad del debate es hacer comprender a los ciudadanos que la evaluación de un establecimiento y de un título es fundamental. Volvamos por un momento a dos elementos esenciales: el diploma y el título del Directorio Nacional de Certificaciones Profesionales (RNCP). Desde 1es Desde enero de 2019, la gestión del RNCP se delega a la organización France Compétences, dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo e Integración.
En pocas palabras, un diploma certifica el nivel alcanzado por un estudiante y garantiza un nivel de conocimientos y habilidades. Está acreditado y reconocido por el Estado, y evaluado por organismos independientes. Cada diploma acreditado está referenciado en el RNCP, reconocimiento imprescindible para un campo profesional concreto. Por tanto, un diploma implica necesariamente el reconocimiento por parte del RNCP. Sin embargo, no siempre ocurre lo contrario: es posible registrar certificaciones en el RNCP sin que estén integradas en un diploma acreditado.
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