El “Informe sobre el impacto de la ampliación de las preferencias arancelarias a los productos originarios del Sáhara Occidental 2023” y las recientes sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 4 de octubre de 2024 ponen de relieve la explotación masiva de la riqueza saharaui, llevada a cabo en detrimento de la población local y sin su consentimiento explícito.
Las cifras reveladas por el informe de 2023 de la Comisión Europea “sobre el impacto de la extensión de las preferencias arancelarias a los productos originarios del Sáhara Occidental” ilustran el alcance de la explotación de la región. En 2022, las exportaciones a la Unión Europea alcanzaron las 203.000 toneladas de productos originarios del Sáhara Occidental, más del doble de las 100.000 toneladas exportadas antes de la aplicación del acuerdo. Estas exportaciones, valoradas en 590 millones de euros, incluyen principalmente productos pesqueros por 504 millones de euros y productos agrícolas por 85,6 millones de euros, entre los que destacan tomates y melones.
Una explotación de los recursos agrícolas que beneficia en gran medida a la industria marroquí y perjudica a los agricultores europeos que se consideran víctimas de una competencia desleal.
La entrada en vigor de los acuerdos en 2016 catalizó un espectacular crecimiento del 73,5% en la producción en los territorios ocupados. Las preferencias arancelarias europeas han generado importantes ahorros aduaneros, alcanzando los 44,4 millones de euros sólo en el año 2022. Western Sahara Resource Watch (WSRW) denuncia enérgicamente esta situación, subrayando que este beneficio económico inesperado no beneficia a los propios saharauis.
Una clara violación del derecho internacional
Las sentencias del TJUE arrojan una luz jurídica crucial sobre esta situación. La Corte hace una distinción fundamental, como lo demuestra esta cita: “ La noción de población de un territorio no autónomo debe distinguirse de la de población de dicho territorio. […] la mayoría de los miembros del pueblo saharaui no viven en el Sáhara Occidental. » De hecho, el proceso de consulta previo a la celebración de estos acuerdos es particularmente criticado por el Tribunal, que señala que “elLas consultas se realizaron principalmente entre la población. […] que incluye en gran medida a marroquíes desplazados desde la ocupación de Marruecos. » Esta práctica constituye una flagrante violación del Cuarto Convenio de Ginebra.
¿Hacia una explotación legal? Las condiciones fijadas por el TJUE
Para cualquier explotación futura de recursos, la Corte impone condiciones estrictas. Por tanto, requiere el consentimiento explícito del pueblo saharaui en su definición histórica. También exige que se beneficien de un “ ventaja precisa, concreta, sustancial y verificable que surge de la explotación de los recursos naturales de este territorio, y proporcional a la importancia de esta explotación. » Ante la ausencia de estas garantías, el Tribunal pronunció la nulidad de los acuerdos, al tiempo que concedió un plazo de un año antes de su suspensión definitiva.
Estas decisiones legales remodelarán profundamente la dinámica económica en torno al Sáhara Occidental. La suspensión de las preferencias arancelarias, una vez expire el período de gracia, podría afectar significativamente a la competitividad de los productos del Sáhara Occidental en el mercado europeo. La Unión Europea tendrá que repensar sus mecanismos de consulta y distribución de beneficios, mientras que Marruecos tendrá que revisar su política de colonización económica del territorio, muy restrictiva.
Además, los acuerdos económicos alcanzados por Emmanuel Macron, a cambio de su apoyo al plan marroquí, probablemente queden obsoletos porque no cumplen con la legislación europea.
Sin embargo, el TJUE dejó entrever una posible adaptación de los acuerdos, sujeto al estricto cumplimiento de las condiciones legales establecidas. Esta opción, aunque criticada por organizaciones de derechos humanos, puede permitir la continuación de los intercambios comerciales dentro de un marco legal renovado. Sin embargo, mientras los saharauis siguen exigiendo su derecho a la autodeterminación, estas sentencias marcan un punto de inflexión decisivo en su lucha. La Unión Europea y Marruecos deben considerarlos ahora interlocutores esenciales en cualquier nuevo acuerdo comercial.
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