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ENFERMEDADES TROPICALES DESCONOCIDAS, UNA DOLOROSA REALIDAD EN KHOMBOLE

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A siete kilómetros de Khombole, las aldeas de Ndingler y Ndouff encarnan la dura realidad de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD). Estas enfermedades, que afectan principalmente a las comunidades más pobres de las zonas tropicales, son causadas por patógenos como parásitos, bacterias, virus u hongos. Su transmisión suele estar ligada a condiciones ambientales específicas, como el estancamiento del agua o la presencia de reservorios animales. En Khombole, estas enfermedades están omnipresentes y afectan profundamente la vida de los residentes.

Mamadou Thiaw, un hombre de unos sesenta años, soporta desde hace cinco años los tormentos de la elefantiasis, una forma de linfedema. Esta enfermedad, provocada por parásitos, provoca una hinchazón desproporcionada de las extremidades, como lo demuestra su pie izquierdo, que se ha convertido en el símbolo de su calvario. “Siento un dolor insoportable que muchas veces me priva del sueño. Ya no tengo fuerzas para trabajar y mucho menos para tener esperanzas”, confiesa. El linfedema, relacionado con obstrucciones en el sistema linfático, distorsiona e impide que el cuerpo funcione correctamente.

Mamadou no es un caso aislado. En Khombole y los pueblos circundantes, los defectos del tubo neural aparecen en diversas formas: linfedema, hidroceles (hinchazón de las bolsas en los hombres) y bilharzia (infección parasitaria que afecta principalmente a los órganos internos). Según la jefa de enfermería, Ndèye Sokhna Boye, estas patologías, devastadoras tanto física como psicológicamente, afectan principalmente a las personas mayores. Como Saliou Faye, de 70 años, que intenta desde hace una década aliviar sus dolores mediante la medicina tradicional, o Soukeyna Ly, de 75 años, cuya lucha quedó agotada tras años de consultas infructuosas.

A sus 30 años, Khoudia Sarr también soporta la carga de las ETD. Afectada desde los 22 años, vio su vida dar un vuelco. “Me dijeron que era mala suerte. Sólo después de consultar en el puesto de salud recibí kits de higiene y medicamentos. Pero mi vida ya no es la misma”, explica resignada. Su pequeño negocio ya no alcanza para cubrir las necesidades de su hogar. Implora a las autoridades que intensifiquen los esfuerzos para combatir estas enfermedades.

El Programa Nacional de Lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas (PNLMTN) lanzó hace tres meses un plan de acción para revertir la tendencia. Según el Dr. Safiétou Aidara, jefe médico adjunto del distrito sanitario de Khombole, una campaña de sensibilización permitió identificar 81 casos. “Estos casos incluyen 43 linfedemas de miembros inferiores, 35 hidroceles y otras formas más raras, como el linfedema de mama”, explica.

Los relevos comunitarios, capacitados e integrados en este proceso, desempeñan un papel crucial. “Viven con los pacientes a diario, lo que facilita la sensibilización y el seguimiento de los casos”, explica Khady Ndiaye, punto focal de MTN en Khombole. Sin embargo, lamenta las reticencias de algunos pacientes, en particular de los hombres que padecen hidrocele. “Al tratarse de patologías íntimas, los pacientes muchas veces se niegan a consultar, incluso cuando su pareja les alerta. »

A pesar de los esfuerzos, los desafíos siguen siendo colosales. La falta de enlaces comunitarios, los recursos limitados y la infraestructura insuficiente complican la gestión de casos. Xavier Ndione, supervisor de atención primaria de salud, también destaca el impacto ambiental, en particular las canteras abandonadas donde se estanca el agua contaminada. “Estos estanques temporales son focos de transmisión, especialmente de enfermedades como la bilharzia”, explica.

Speak Up Africa, en asociación con la Coalición de Organizaciones de la Sociedad Civil que Luchan contra las ETD y el Programa Nacional de Control de las ETD, brinda apoyo esencial en materia de promoción, sensibilización y suministros médicos. Estas iniciativas, aunque apreciadas por la población, no son suficientes para cubrir todas las necesidades.

La doctora Aidara pide una fuerte movilización para ayudar a los pacientes. “Las ETD ya no deben quedar relegadas a un segundo plano. Estas enfermedades destruyen vidas y obstaculizan el desarrollo. Necesitamos apoyo global para reducir su impacto. »

Con una población de 20.321 habitantes y 21 puestos de salud, el distrito sanitario de Khombole lucha para contener estos flagelos. En enero está prevista una campaña masiva de distribución de medicamentos para niños menores de 5 años. Pero, como señala el Dr. Aidara, la esperanza se basa tanto en acciones concretas como en el deseo colectivo de restaurar la dignidad y la salud de estas poblaciones olvidadas.

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