(Québec) En el momento en que Quebec examina sus gastos, sus promesas de ahorro no están ahí. La consolidación de las compras gubernamentales no es efectiva y la transformación de los espacios de oficinas de servicio público hace tiempo que debería haberse producido.
Publicado a las 13:56
Esto es lo que se desprende del último informe del Auditor General (VG) presentado el miércoles en la Asamblea Nacional. Guylaine Leclerc llevó a cabo, en particular, auditorías de gestión del Centro de Adquisiciones Gubernamentales (CAG) y del vasto proyecto de transformación de los espacios de oficinas gubernamentales, anunciado por Quebec en 2018 para aprovechar las nuevas tecnologías.
“El Centro de Adquisiciones del Gobierno no lleva a cabo varios de los grupos de compras previstos en su planificación anual, por lo que el CAG se encuentra celebrando contratos extrabursátiles para satisfacer las necesidades de departamentos y agencias. A veces son incluso [eux] quienes obtienen directamente los bienes y servicios que necesitan”, dijo M.a mí Leclerc.
“Esta situación limita la eficacia de las agrupaciones y genera descontento”, añade el organismo de control de las cuentas públicas.
Cuando se creó en 2020, se esperaba que el CAG “maximizara la experiencia en recursos” durante la adquisición y “lograra ganancias de eficiencia”.
En su informe, la VG sostiene también que “el número de expedientes tramitados está disminuyendo” y que “los numerosos retrasos y cancelaciones” obligan a la CAG a adjudicar los contratos de común acuerdo “para evitar interrupciones de los servicios”, tal vez leamos.
Además, la CAG “no evalúa adecuadamente los ahorros generados” por las adquisiciones agrupadas y la información disponible no permite “seguirlos adecuadamente” y evaluar su desempeño. Comprar Quebec y productos sostenibles “sigue siendo un desafío”.
El CAG estima un ahorro de 407,9 millones en 2022-2023. Sin embargo, “esta evaluación tiene límites”, lamenta el VG por considerarla “una aplicación no uniforme de la metodología”. La información “insuficiente” sobre los límites del cálculo no permite “saber qué se mide realmente”.
En términos generales, “los datos de que dispone el CAG son incompletos y no siempre confiables, lo que no le permite planificar y monitorear adecuadamente” sus actividades.
El CAG agrupa las compras gubernamentales y es responsable de los contratos de adquisiciones agrupadas. En 2022-2023, los contratos adjudicados por la organización representaron un valor total de 5.800 millones.
Este valor aumenta a 4.300 millones al año siguiente, en 2023-2024. Esta caída se explica por un “número importante de retiradas y aplazamientos de expedientes” justificados por “la capacidad de realizar la CAG” y la revisión de la priorización de expedientes.
Contexto presupuestario
Si bien el gobierno de Legault prevé registrar un déficit histórico de 11 mil millones, se beneficiaría de mejorar el desempeño del CAG y de disponer de datos confiables, según el VG.
Además, incluso cuando están planificadas, es “frecuente” que las compras agrupadas no se realicen en el plazo previsto. Sorprendentemente, los bienes y servicios para los que un ministerio ha sumado, por ejemplo, a una compra agrupada “no siempre están disponibles” al final del proceso de adquisición.
El gobierno se ha fijado objetivos de ahorro de 408 millones en 2023-2024 para luego aumentar cada año y alcanzar los 592 millones en 2026-2027.
La auditoría cubre el período comprendido entre 1es Septiembre de 2020 al 31 de marzo de 2024. El VG señala que su trabajo tiene en cuenta “cuando sea relevante” el contexto de pandemia en el que se creó el CAG.
En su respuesta a la VG, el CAG afirma también que “hasta el otoño de 2022, se sintieron ciertos efectos y consecuencias de la pandemia, provocando retrasos en determinados expedientes, en particular debido a las turbulencias de las cadenas de suministro”. El CAG “se adhiere” a las recomendaciones del VG y se compromete a “realizar mejoras concretas”.
Espacios de oficina
El VG concluye, seis años después del anuncio de la visión inmobiliaria del gobierno en 2018, que sólo el 7,2% de los 900.000 m2 que necesitaban ser transformados lo han sido. A Guylaine Leclerc le cuesta ver cómo Quebec podría alcanzar su objetivo de haber remodelado el 35% de esta superficie antes del 31 de marzo de 2028.
“El gobierno tarda en aprovechar los importantes ahorros en alquileres que resultarán de la reducción de sus espacios, y no se ha aprobado ningún plan de acción o estrategia de financiación destinada a lograr los objetivos del gobierno”, escribe M.a mí Leclerc.
Además, la Société québécoise des infraestructuras (SQI), que supervisa la obra, “no tiene ningún mecanismo para controlar el desempeño de los proyectos en su conjunto”.
Esta transformación debería permitir reducir los costes de alquiler reduciendo el espacio administrativo y aumentar la productividad de los empleados, como prometió el gobierno en 2018.
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