Una decena de artistas barbadenses y una cincuentena de artistas senegaleses. La villa de las artes sirvió de escenario para este intercambio entre dos mundos que unen la historia y la geografía. En el marco de la Bienal de Arte Contemporáneo de Dakar, el programa “Transatlantique 1” abre el debate.
Por Mame Woury THIOUBOU –
“Somos la gente que salió de Gorée, El Mina y todos estos puertos de esclavos en África”. Estas palabras son las de Nyzinga Onifa, coordinadora de la exposición “Transatlantique 1”. Estas palabras resonaron durante la exposición que una decena de pintores de Barbados presentan en la Villa de las Artes de Dakar. Como desaire a la historia, estos artistas cuyos antepasados fueron deportados a las bodegas de barcos negreros regresaron a suelo senegalés. Titulada “Transatlantique 1”, la exposición es un diálogo entre estos artistas caribeños y sus homólogos senegaleses con quienes comparten las paredes de la Galerie Léopold Sédar Senghor en el Village des arts. Nyzinga Onifa vivió en Senegal durante 10 años. Y para reducir la falta de información sobre su isla natal, diseñó este programa de intercambio que ahora implementa la Fundación Cultural Nacional de Barbados.
Estos artistas, 11 en total, presentan 20 obras en el marco de este intercambio. Frente a ellos, una cincuentena de artistas senegaleses. “El arte tiene el valor de unir a las personas”, subraya el artista Zulu Mbaye, socio en la organización de este evento. Los vínculos entre África y Barbados son muy reales. Basta mirar los temas explorados por los artistas. De hecho, el agua está en el centro de las obras presentadas por los barbadenses. Risée Chaderton-Charles es una artista cuyas obras representan criaturas submarinas. Como fotógrafa de arte, está encantada de ver la convergencia de intereses en torno a este elemento. “Lo que me llamó la atención fue la relación con el mar. El agua significa mucho para nosotros. Cuando nos sentimos mal hacemos libaciones, cuando tenemos sed bebemos agua y nos reunimos en lugares donde hay agua para determinadas formas de oración. Exploro el mar, los elementos y toda esta vida en el agua”.
Comprometido con el trabajo de la memoria, David Guru presenta The Arrivals, una escultura de una vasija indígena africana precolombina. Rinde así homenaje al ingenio de los africanos en el Caribe antes de la llegada de Cristóbal Colón. Ras Akyem-i Ramsay navega por la conciencia alterada de artistas que han sido alienados, oprimidos, marginados, encarcelados y aterrorizados. Su pintura, donde los colores brillantes atraen la atención, representa objetos, símbolo de la agitación interior.
De Dakar a Barbados
El Atlántico separa África de este archipiélago de Barbados. Pero Dakar sigue siendo el territorio más cercano después de Cabo Verde. “El aspecto geográfico es muy importante. Hay archipiélagos en el Caribe y en Barbados, y todo el mundo debería saber que Dakar es la parte más cercana a Barbados. Cuando cruzas el Atlántico, tienes Cabo Verde y luego Barbados. Algunos días tenemos cielos negros como si fuera a llover, pero son nubes de polvo del desierto del Sahara. Durante mis idas y venidas entre Senegal y Barbados, vi la necesidad de relaciones entre los dos países”, explica Onigua, cuyo deseo de acercar a estos dos pueblos dio origen a este programa artístico Transatlantic 1”. Mor Faye, Kemboury Bessane, Adama Ba, Fola Lawson, Zulu Mbaye, son algunos de los artistas senegaleses que participan en la exposición.
La celebración podría haber sido mejor si se hubieran exhibido las obras físicas de los artistas barbadenses. De hecho, debido a limitaciones de transporte, estas obras aún no han llegado a Dakar. Un dolor de cabeza para estos artistas que diseñaron sus obras en perspectiva de este encuentro con el público senegalés. Y no dudaron en subrayarlo durante esta última tarde de conferencia en la sala de exposiciones del Village des Arts. “Trabajo a base de colores, que transmiten mi forma de vivir y lo que siento. Diferentes colores de azul para traducir diferentes aspectos y momentos del mar que la pantalla borra”, lamenta Risée Chaderton-Charles. Para Ras Akyem-i Ramsay, ver su obra a través de una de las pantallas de televisión instaladas en las paredes y que retransmiten las obras en bucle es un auténtico desamor. “Las palabras no alcanzan para transmitir lo que siento”, afirma el artista.
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