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Nadal se despide de sus tierras españolas

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Como era de temer, Suiza acabó el año con una cuarta derrota. En Tenerife perdió 3-2 ante España, sin duda la mejor selección del mundo en estos momentos.

El destino es cruel para el entrenamiento de Murat Yakin. Ella, de hecho, volvió a marcar dos veces gracias a un acierto de Joël Monteiro y un penalti de Andi Zeqiri antes de ser crucificado en el tiempo añadido. Vincent Sierro, de hecho, cometió lo irreparable ante Bryan Zaragoza en el tercer penalti de la tarde que el mismo Zaragoza transformó.

No, Suiza no merecía sufrir semejante resultado. Tuvo el inmenso mérito de volver al partido después de una primera parte defendida gracias a la atronadora entrada de Joël Monteiro.

El Valaisan fue el símbolo perfecto de este equipo suizo de “nueva imagen”, que supo sobrevivir en este encuentro a pesar de la actuación demasiado neutral de su maestro de juego Granit Xhaka. Para su selección número 135, el capitán no hizo más que aguantar, como cautivado por la maestría de Pedri, el artista de la Roja. Su sustitución en el minuto 65 por Sierro fue una medida “atrevida”, quizás, pero marcada por una lógica implacable.

La hazaña inútil de Mvogo

Con cuatro jugadores titulares por primera vez, incluido el neófito Miro Muheim, y con Yvon Mvogo en la jaula para Gregor Kobel, Murat Yakin construyó un once inicial que confirmó su deseo de “ver cosas nuevas”. Frente a una España apoyada por un público festivo, Suiza jugó casi toda la primera parte en sus últimos treinta metros y sólo cedió una vez.

Poco después de la media hora, Eray Cömert y Ricardo Rodríguez, que se encontraba por primera vez en el centro de una defensa de cuatro hombres, “inventaron” un penalti por haber juzgado mal un pase en profundidad al capitán Álvaro Morata. Penalti ejecutado por Pedri pero desviado por Mvogo, que sin embargo fue superado por Yérémy Pino en la acción siguiente.

Falta de impacto

El portero de Friburgo, que este año se quedó con la portería a cero en la selección, sin duda no merecía encajar semejante gol, pocos segundos después de haber firmado una auténtica hazaña. Impotente con el 2-1, realizó una actuación estelar.

En el lado ofensivo, Suiza sufrió principalmente por la falta de impacto de Filip Ugrinic y Dereck Kutesa. Los jugadores del Young Boys y del Servette FC pudieron medir la distancia entre la Superliga y el nivel internacional. La agradable sorpresa de esta primera parte la dio Simon Sohm. Apoyado directamente por Zeki Amdouni, el zurichés demostró por qué ganó en Parma en este rol de 9.5.

El espectáculo Monteiro

En el descanso, Murat Yakin lanzó a Andi Zeqiri por Amdouni y a Joël Monteiro por Ugrinic. En el minuto 49, Joël Monteiro pudo haber puesto a su equipo a la par de la Roja. Impuso su potencia física para pasar solo ante Robert Sánchez sin poder acertar su disparo. Con esta única acción, el valaisano hizo comprender a su entrenador que él también habría merecido una primera titularidad.

Un cuarto de hora después, lo volvió a hacer por su banda derecha para marcar el 1-1. En Tenerife, en un partido que parecía inútil, Suiza descubrió que ahora tenía otro extremo, además de Dan Ndoye, que podía bailar sobre el rival. Desafortunadamente, su actuación se vio empañada por su apatía en el 2-1 de Bryan Gil a los 68. Edimilson Fernandes y Remo Freuler también tienen su parte de responsabilidad en el éxito del campo gerundense.

Una parada decisiva de Mvogo para evitar el 3-1 y un duelo en el área provocado por Sierro contra Fabián Ruiz permitieron a Suiza remontar el marcador por segunda vez. Creía que tenía el resultado que habría concluido esta fallida campaña de la Liga de las Naciones con cierto garbo. Pero eso sin contar el gesto fatal de Sierro en el minuto 92.

Este artículo fue publicado automáticamente. Fuente: ats

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