Si bien las negociaciones sobre el tema de la financiación climática se estancan en la conferencia climática COP29 en Bakú, había grandes esperanzas de que el G20 desbloqueara la situación.
En su declaración final, los líderes del G20 reconocen “la necesidad de aumentar la financiación climática” y llevarla a “billones de dólares, de todas las fuentes”. Pero sin especificar quién se meterá la mano en el bolsillo.
Tampoco incluyeron en su comunicado de prensa el compromiso de “realizar una transición justa, ordenada y equitativa hacia una salida de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos”, que fue arrancado de la última COP del año pasado en Dubái.
Una paz “duradera” en Ucrania, un alto el fuego en Gaza y el Líbano
La guerra en Ucrania dominó en gran medida los debates del G20, un día después de que Estados Unidos diera luz verde a Kiev para el uso de sus misiles de largo alcance contra Rusia.
“Damos la bienvenida a todas las iniciativas relevantes y constructivas en favor de una paz justa” y “sostenible” en Ucrania, escriben los líderes en su declaración.
Recuerdan los principios de la Carta de las Naciones Unidas “para la promoción de relaciones pacíficas, amistosas y de buena vecindad entre las naciones”. Pero como el año pasado durante la cumbre del G20 en Nueva Delhi, si bien el texto denuncia en general “la amenaza y el uso de la fuerza” destinados a obtener ganancias territoriales, no menciona explícitamente una “agresión rusa”.
Los países del G20 dicen que están “unidos para apoyar un alto el fuego” en Gaza y el Líbano. “Si bien expresamos nuestra profunda preocupación por la catastrófica situación humanitaria en la Franja de Gaza y la escalada en el Líbano, enfatizamos la urgente necesidad de ampliar el flujo de asistencia humanitaria y fortalecer la protección de los civiles”.
Cooperar para gravar “efectivamente” a los superricos
Los líderes del G20 respaldaron el lunes la idea de cooperar para gravar “efectivamente” a las personas muy ricas, una victoria para el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al frente del G20 este año.
“Con pleno respeto a la soberanía fiscal, buscaremos cooperar para garantizar que las personas muy ricas paguen impuestos de manera efectiva”, decía la declaración final.
El economista especializado en desigualdades Gabriel Zucman, a quien la presidencia brasileña del G20 había encargado a principios de este año un informe sobre el tema, celebró “una decisión histórica”.
82 países firmantes de una alianza contra el hambre
Fue la iniciativa social emblemática de Lula para la presidencia brasileña del G20: el lunes se lanzó una Alianza Global contra el hambre y la pobreza, con 82 países firmantes.
La Alianza Global Contra el Hambre tiene como objetivo unir esfuerzos para generar recursos financieros o replicar iniciativas que funcionen a nivel local. El objetivo es llegar a 500 millones de personas de aquí a 2030, dando una dimensión internacional a la lucha contra el hambre y las desigualdades.
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