El fenómeno del arranque y traslado de palmeras de la región de Zagora a las ciudades marroquíes con fines decorativos está resurgiendo, a pesar de las leyes que prohíben esta práctica. La Asociación de Amigos del Medio Ambiente alerta de los peligros ecológicos, económicos y sociales de esta preocupante recuperación, y pide la estricta aplicación de leyes para proteger estos palmerales, vitales para la identidad y la economía local.
La práctica destructiva de arrancar palmeras, seguido de su traslado a ciudades marroquíes para utilizarlas como decoración en las calles o en propiedades privadas, vuelve a ser noticia, especialmente en la región de Zagora. Este fenómeno de resurgimiento plantea importantes preocupaciones ecológicas, económicas y sociales. En una entrevista concedida a Diplomática de MarruecosJamal Akechbab, presidente de la Asociación de Amigos del Medio Ambiente de Zagora, denunció esta preocupante recuperación, que pone en peligro uno de los patrimonios más preciados de la región: los palmerales.
Este fenómeno no es nuevo. Se remonta al período comprendido entre 2000 y 2006, cuando los grupos de presión explotaron la precaria situación de los agricultores frente a la sequía y la creciente pobreza. Muchas personas, en una situación de gran angustia, se han visto obligadas a vender sus palmeras a precios ridículos, a menudo entre 100 y 150 dirhams. Estos árboles, símbolos de la identidad y la economía de la región, hoy se extraen de los palmerales para embellecer las calles de las ciudades marroquíes o sirven con fines decorativos en villas y otros espacios privados.
A pesar de la existencia de leyes y decretos provinciales destinados a proteger estas palmeras, la práctica persiste. Akechbab recuerda que un decreto provincial de 2004 y la ley nacional del 1 de junio de 2007, relativa al desarrollo sostenible de los palmerales, prohíben estrictamente esta práctica. Estas leyes consideran el arranque de palmeras como una infracción grave, penada por la ley. Sin embargo, a pesar de estas medidas, el fenómeno continúa, poniendo en duda la eficacia de su implementación y la protección efectiva de los palmerales.
« Las leyes existen, pero se eluden periódicamente y, hoy en día, el fenómeno ha vuelto y amenaza directamente nuestros ecosistemas locales. », explica el señor Akechbab. Para él, la situación es tanto más preocupante cuanto que los palmerales de la región ya están debilitados por factores medioambientales como la sequía y la sobreexplotación de las aguas subterráneas.
Cuando caen las palmeras, todo un ecosistema se tambalea
El arranque de palmeras no sólo tiene consecuencias sobre el medio ambiente, sino también sobre la economía local y las comunidades rurales. Los palmerales no son sólo un elemento del paisaje, sino que juegan un papel esencial en la vida económica de los habitantes de la región. El cultivo de la palma es una fuente de ingresos y trabajo para muchas familias, y su extinción pone en peligro la existencia misma de estas comunidades, que dependen de este recurso para su sustento. “ Las palmeras están en el centro de la vida económica y social de nuestras regiones. Su desaparición resultará en la pérdida de miles de empleos y recursos vitales para los residentes. », alerta el presidente de la asociación. También destaca que las palmeras son esenciales para el equilibrio ecológico de la región, desempeñando un papel clave en la regulación del clima local, protegiendo el suelo contra la erosión y conservando la biodiversidad.
Ante esta alarmante situación, la Asociación de Amigos del Medio Ambiente ha tomado medidas para combatir esta práctica. Se ha solicitado a las autoridades locales, así como a los fiscales generales de los tribunales de Bouleman y Zagora, que abran una investigación y apliquen estrictamente las leyes vigentes. La asociación insiste en la necesidad de reforzar los controles y reprimir a los infractores para frenar definitivamente esta práctica ilegal.
« Hemos solicitado la apertura de una investigación para identificar a los responsables de este crimen ecológico y hacer cumplir la ley. Es imperativo que las autoridades intervengan para poner fin a esta práctica nociva. », dice el Sr. Akechbab. Añade que, sin una reacción rápida, la región corre el riesgo de ver desaparecer sus palmerales y perder un patrimonio natural insustituible.
El llamamiento lanzado por Akechbab y su asociación tiene como objetivo proteger no sólo el medio ambiente, sino también las comunidades rurales que dependen de este precioso patrimonio. La protección de los palmerales, según él, es una cuestión de supervivencia para los habitantes de la región, pero también una cuestión fundamental para Marruecos, en términos de preservación de la biodiversidad y de desarrollo sostenible. “Debemos hacer todo lo posible para preservar nuestros oasis y nuestros palmerales. Son un tesoro ecológico, económico y cultural. Su destrucción tendría consecuencias dramáticas para todo el país. », concluye.
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