La contaminación del aire alcanzó el lunes en la capital india, Nueva Delhi, un nivel más de 60 veces superior al umbral máximo fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según mediciones realizadas por la empresa IQAir.
La concentración de micropartículas PM2,5 (las más peligrosas porque se difunden directamente en la sangre) se midió por la mañana en 907 microgramos por metro cúbico de aire en determinados puntos de la megaciudad de 30 millones de habitantes, según estas medidas.
La ciudad se enfrenta cada invierno a picos de contaminación causados por los humos tóxicos de las fábricas y el tráfico rodado, a los que se suman en esta época del año los de las quemas agrícolas estacionales.
Las autoridades locales activaron el nivel 4 de su plan de alerta el domingo por la tarde “para evitar un mayor deterioro de la calidad del aire”. La mayoría de los colegios de la zona permanecieron cerrados el lunes, se endurecieron las restricciones de circulación y se recomienda encarecidamente el uso del teletrabajo, hasta nuevo aviso. Además, se han suspendido todas las obras y se ha restringido severamente la circulación de vehículos pesados y de los vehículos más contaminantes.
El descenso de las temperaturas y el debilitamiento de los vientos en invierno (de mediados de octubre a enero) intensifican la contaminación al fijar partículas peligrosas. Según la OMS, la contaminación del aire puede provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón. Un estudio publicado el pasado mes de junio estableció que la contaminación del aire era responsable del 11,5% de la mortalidad en Delhi, o 12.000 muertes al año.
Muchos residentes de la capital india no pueden permitirse purificadores de aire y viven en casas con poco aislamiento del exterior. “¿Quién puede permitirse un purificador de aire cuando tiene dificultades para pagar las facturas?”, dijo a la AFP Rinku Kumar, de 45 años, conductor de “tuk-tuk”, estos taxis motorizados de tres ruedas. “Los ministros ricos y los altos funcionarios pueden permitirse el lujo de quedarse en casa, la gente corriente como nosotros no podemos”, añadió.
Las iniciativas emprendidas por las autoridades locales hasta ahora han tenido poco efecto. Después de animar a los automovilistas a apagar el motor en los semáforos en rojo, Nueva Delhi presentó recientemente un dron destinado a rociar agua sobre las zonas más contaminadas. “Medidas”, denuncian las ONG de defensa del medio ambiente, que abogan por “detener las emisiones en su base”.
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