Las conversaciones sobre el clima COP29 en Bakú el miércoles examinaron la cuestión urgente de cómo gestionar la demanda de minerales críticos para la producción de vehículos eléctricos y paneles solares sin desencadenar una “carrera por la codicia” que explote a las comunidades locales y aplaste a los pobres.
Este grupo se estableció el año pasado en la anterior Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas, COP28 en los Emiratos Árabes Unidos, con el objetivo de reunir a gobiernos, organizaciones internacionales, industria y sociedad civil para desarrollar principios comunes y voluntarios para guiar las industrias extractivas “en nombre de justicia y sostenibilidad”.
En Bakú, el jefe de la ONU, que convocó el evento del miércoles, dijo que la revolución de las energías renovables estaba avanzando. El año pasado, por primera vez, la cantidad invertida en redes y energías renovables superó la dedicada a los combustibles fósiles.
Errores del pasado y prisa por conseguir recursos
“Para los países en desarrollo ricos en estos recursos, esta es una gran oportunidad: generar prosperidad, eliminar la pobreza y promover el desarrollo sostenible. Pero con demasiada frecuencia no es así”, advirtió, antes de añadir: “Con demasiada frecuencia vemos que los errores del pasado se repiten en una carrera por la codicia que aplasta a los pobres”.
De hecho, la prisa por obtener recursos ha llevado a la explotación de las comunidades locales, el pisoteo de los derechos y la destrucción del medio ambiente. “Vemos a los países en desarrollo reducidos al mínimo indispensable en las cadenas de valor, mientras que otros se enriquecen gracias a sus recursos”, argumentó el jefe de la ONU.
Máximo valor añadido en los países en desarrollo ricos en recursos
El último informe del grupo identifica siete principios voluntarios y cinco recomendaciones prácticas para integrar la justicia y la equidad en las cadenas de valor críticas de los minerales.
“Estos principios tienen como objetivo fortalecer las comunidades, generar responsabilidad y garantizar que la energía limpia respalde un crecimiento equitativo y resiliente. Esto incluye avanzar en los esfuerzos para garantizar el máximo valor añadido en los países en desarrollo ricos en recursos”, explicó el Secretario General.
El sistema de las Naciones Unidas se está movilizando para ayudar a implementar las conclusiones del grupo, trabajando con los Estados Miembros y otras partes interesadas para establecer el grupo asesor de expertos de alto nivel recomendado para acelerar la acción sobre cuestiones económicas clave, incluida la participación en los beneficios, la adición de valor y el comercio justo.
Los países en desarrollo a cargo
“También avanzaremos en el marco global recomendado para la trazabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas para toda la cadena de valor de los minerales. Esto fomentará la producción responsable, preservando al mismo tiempo los derechos humanos y el medio ambiente”, añadió.
Todos los líderes -desde los gobiernos, la industria y la sociedad civil- deberían unirse a las Naciones Unidas y sus socios en los países en desarrollo, las comunidades locales y más allá, para cumplir esta tarea, insistió el Sr. Guterres.
“A medida que aumenta la demanda de minerales esenciales para la transición energética, debemos actuar. Juntos guiemos la transición hacia la justicia y la equidad”, concluyó.
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