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Qué significa la reelección de Donald Trump para Rabat

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” AMientras nos enfrentamos a desafíos regionales y globales cada vez más complejos, el Reino de Marruecos será, más que nunca, un verdadero amigo y fiel aliado de Estados Unidos”, afirma el Rey Mohammed VI en un mensaje de felicitación dirigido a Donald Trump, tras el anuncio de su elección a la presidencia de los Estados Unidos. Es evidente que la victoria del candidato republicano, elegido para un nuevo mandato de cuatro años, es muy apreciada por la máxima autoridad del Estado marroquí. Hay que recordar que, durante su primer mandato, las relaciones entre Rabat y Washington alcanzaron un nivel sin precedentes, en particular con el anuncio en diciembre de 2020 del pleno reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre todo el territorio sahariano.

De hecho, este reconocimiento estadounidense simbolizó mucho más que un simple apoyo diplomático: fue un momento crucial que permitió, inesperadamente, dar un nuevo impulso a la resolución del conflicto en el Sáhara Occidental. “La decisión estadounidense ha cambiado las posiciones de España, Francia y muchos otros países occidentales, sabiendo que la mayoría de los países árabes, musulmanes, asiáticos e incluso sudamericanos no reconocen a la RASD”, recuerda el ex embajador e investigador en relaciones internacionales Ahmed Faouzi. .

Esta asociación estratégica, que sigue fortaleciéndose, ha “resistido la prueba del tiempo”, subraya el monarca. Para Marruecos, la decisión de Trump en 2020 también supuso una oleada de cooperación más ambiciosa que se extiende desde Oriente Medio hasta el continente africano. Con el regreso de Trump al mando, las perspectivas de esta alianza estratégica parecen apuntar a un futuro aún más fuerte y sostenible.

Esta dinámica también fue subrayada por el Rey Mohammed VI durante su discurso con motivo del 49º aniversario de la Marcha Verde, donde reafirmó el compromiso de Marruecos con sus socios internacionales y recordó elementos cruciales de la cuestión saharaui, incluido el abandono del referéndum de la ONU a favor del plan de autonomía marroquí.

En un mensaje claro al enviado personal del SG de la ONU, Staffan de Mistura, que había planteado la idea de una división del territorio del Sáhara, el Rey de Marruecos recordó “la responsabilidad de la ONU de cerrar este expediente que ha durado el tiempo suficiente”. Desde 2007, “todas las resoluciones de la ONU han insistido en la necesidad de una solución política mutuamente aceptable y han calificado el plan de autonomía de justo y creíble”, subraya el ex diplomático. “Todos nuestros socios, incluidos nuestros aliados occidentales, deberían ayudar a cerrar esta cuestión, ya sea en el Consejo de Seguridad o en el nivel de la Cuarta Comisión de las Naciones Unidas”, argumenta.

El regreso de Trump: excelentes noticias para Rabat

Si las relaciones entre Rabat y Washington no son nuevas, Marruecos no es otro que el primer país que reconoció a los Estados Unidos como país independiente en 1777. De hecho, la primera embajada estadounidense en el mundo, conocida ahora con el nombre de Legación Americana, se estableció en Tánger. “A cada presidente estadounidense le gusta recordar esta particularidad entre los dos países”, nos dice Ahmed Faouzi.

Sin embargo, para algunos observadores, la administración Biden ha mostrado cierta reserva al no abrir todavía el consulado prometido en Dajla. “La decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara, irrevocable según el derecho internacional, no dejó al presidente saliente, Joe Biden, ni margen ni interés para volver atrás”, explica Samir Bennis, experto en geopolítica. Después de más de tres años de preparativos, la prensa marroquí informa sobre la apertura del consulado estadounidense en Dajla durante el mes en curso. Un retraso debido a “preparativos técnicos” y “necesidades de seguridad”, informa el semanario marroquí Maroc Hebdo.

Esta moderación no fue del agrado de las autoridades marroquíes, que esperaban un compromiso más tangible, según el analista político Bennis. “Bajo la administración Biden, Washington evitó adoptar una posición decididamente asertiva y mantuvo cierta distancia en los discursos oficiales, intentando gestionar sus relaciones con Argel”.

Sin embargo, una cosa es cierta: a nivel estratégico, la alianza entre Marruecos y Estados Unidos siempre ha sido de crucial importancia para Washington, que considera al reino como “un socio esencial” en la estabilidad regional y en la promoción de la paz, como destacó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante una reunión con su homólogo marroquí el pasado mes de octubre.

“Esta reelección llega también en un momento clave, en el que la dinámica de la cuestión del Sáhara es claramente favorable a Marruecos, en particular con la adhesión de españoles y franceses a la posición marroquí”, indica Bennis. El regreso de Trump es, por tanto, una excelente noticia para Rabat, que espera una aceleración por parte de Estados Unidos. “Con este cambio de administración, podemos esperar un retorno a un discurso claro y a una diplomacia que asuma plenamente sus opciones estratégicas”, añade nuestro interlocutor.

Un acto de equilibrio

Sin embargo, esta posición de Marruecos conlleva riesgos: si una nueva administración Trump puede ofrecer a Rabat una influencia diplomática adicional en el Sahara, también acentuaría los desafíos de su diplomacia de equilibrio, particularmente debido a la actitud de Donald Trump hacia el conflicto palestino-israelí y su alianza con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Marruecos, si bien ha normalizado sus relaciones con Israel, ha mantenido una narrativa de apoyo a los derechos palestinos, una posición crucial para sus relaciones con otras naciones árabes y africanas.

¿Qué cuestiones políticas y económicas para Marruecos?

Sin embargo, la reelección del candidato republicano no garantiza que se dé prioridad a este tema en la agenda estadounidense. De hecho, la diplomacia estadounidense tendrá que enfrentar varios desafíos geopolíticos importantes, en particular los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, así como las relaciones con potencias como China, Rusia e Irán. “Washington abordará probablemente lo que considera urgente abordar, pero será más firme en esta cuestión con quienes bloquean su solución”, precisa Faouzi.

Conocido por su pragmatismo, pero también por su carácter impredecible, Trump representa para Marruecos a la vez un valioso aliado y un desafío diplomático. “Su reelección debería impulsar a Marruecos a reforzar sus vínculos con Washington, subraya Bennis, manteniendo al mismo tiempo una postura equilibrada con otras potencias mundiales”. Un enfoque que considera imprescindible dada la complejidad del contexto internacional.

Este posicionamiento es en realidad un reflejo de la estrategia marroquí que consiste en no alinearse con un único bloque geopolítico, explicada por el economista Alexandre Kateb, en su análisis para el think tank estadounidense Carnegie Endowment for International Peace. “Esta posición refleja el ADN histórico de Marruecos desde su independencia, arraigado en la herencia del movimiento de los Países No Alineados”, analiza en Point Afrique.

Para Marruecos, se trata de mantener la libertad de acción, cultivando al mismo tiempo una sólida alianza con los estadounidenses. En este contexto, Marruecos es visto como un pilar de estabilidad para Estados Unidos en el norte de África. “Es un aliado estratégico en la lucha contra el terrorismo, la gestión de la migración y la promoción de la seguridad y la estabilidad regionales”, dijo a la revista American Leaders el embajador del reino en Estados Unidos, Youssef Amrani.


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En el plano económico, el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos firmado en 2004 permitió cuadruplicar el comercio, de unos 1.300 millones de dólares en 2006 a 5.500 millones de dólares en 2023, según un análisis del grupo de expertos estadounidense The Washington Institute for Política de Cercano Oriente. “Marruecos ofrece a las empresas estadounidenses una puerta de entrada a los mercados africanos emergentes, aprovechando nuestra ubicación estratégica y nuestras extensas redes continentales. Sectores como las energías renovables, el aeroespacial y el automóvil presentan oportunidades particularmente prometedoras para las inversiones estadounidenses”, precisa el diplomático marroquí.

Marruecos se posiciona así como un socio estratégico imprescindible en el norte de África. La iniciativa atlántica lanzada por el rey Mohammed VI ilustra, por tanto, el compromiso del reino con el desarrollo africano. “Todos los proyectos iniciados por Rabat en África, como la iniciativa atlántica, la apertura del Sahel o el gasoducto Marruecos-Nigeria, hacen del reino un factor de estabilidad en la región”, concluye Ahmed Faouzi.

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