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Humillación

El presidente saliente recibirá el miércoles en el Despacho Oval a su peor enemigo político, quien comienza a hablar sobre la composición de su futuro gobierno, para preparar su histórico regreso al poder. Pasar las llaves de la Casa Blanca al republicano será una inmensa humillación para el presidente saliente Joe Biden, acusado por su bando de haber facilitado, por orgullo, este sonoro retorno.

Tras semanas de campaña sin avances, este último se retiró de la carrera en julio, lastrado por su edad, 81 años, en favor de su vicepresidente.

La tenor demócrata Nancy Pelosi dijo al New York Times el sábado que “si el presidente hubiera abandonado (la carrera) antes, podría haber otros candidatos”, y agregó que el apoyo inmediato de Joe Biden a Kamala Harris había impedido que se llevaran a cabo las primarias.

La expresidenta de la Cámara de Representantes estadounidense elogió, sin embargo, la “locura” generada por Kamala Harris durante su campaña.

La vicepresidenta, que describió a su oponente como “fascista”, no logró convencer a los estadounidenses de que entendía sus preocupaciones económicas y de seguridad.

Muy derrotada tras una amarga campaña, aseguró que planeaba “ayudar” a Donald Trump durante este período.

Joe Biden también se comprometió a garantizar una transferencia tranquila del poder a su peor enemigo político, con la esperanza de “bajar la temperatura” en un país al límite.

Una situación muy distinta a la de 2020, cuando Donald Trump se negó a reconocer su derrota y boicoteó la ceremonia de toma de posesión de Joe Biden. Y esto después de que sus partidarios irrumpieran en el Capitolio, templo de la democracia estadounidense, para impedir la certificación de la victoria demócrata, el 6 de enero de 2021.

Cuatro años después, el magnate inmobiliario, que fue objeto de dos intentos de asesinato durante la campaña y fue acusado y condenado en casos penales y civiles, hará un increíble regreso a la Casa Blanca.

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Ni Pompeo ni Haley

Su primer mandato estuvo marcado por una sucesión de ministros y consejeros que sucesivamente cayeron en desgracia. La pregunta ahora es cómo será la administración Trump 2.

El jueves hizo su primer nombramiento importante: Susie Wiles, artífice de su campaña, será su jefa de gabinete, un puesto ultraestratégico que nunca había sido ocupado por una mujer.

El resto debería anunciarse en las próximas semanas. A Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente asesinado y ex candidato independiente alineado con Donald Trump, se le podrían confiar responsabilidades en materia de salud pública.

Se espera que otra figura clave sea el multimillonario Elon Musk, que hizo una campaña muy activa a favor de Donald Trump. El presidente electo podría acusar al hombre más rico del mundo de reorganizar profundamente la administración federal.

El republicano, por su parte, indicó el sábado en su red Truth Social que no convocaría a su exsecretario de Estado Mike Pompeo, que se espera encabece el Pentágono, ni a la embajadora de Estados Unidos ante la ONU bajo su mandato, Nikki Haley, quien Se convirtió en su rival durante las primarias republicanas, para formar parte de su gobierno.

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