En la entrada principal del Salón, un imponente muro decorativo evoca las puertas de las ciudades marroquíes. Este decorado, donde se combinan elegancia e historia, está decorado con zelliges marroquíes con motivos geométricos emblemáticos y los colores de la bandera nacional, ofreciendo al visitante una muestra de la riqueza cultural y arquitectónica del Reino.
Distribuido en una superficie de aproximadamente 190 m², el pabellón marroquí se presenta como una estructura con cuatro fachadas, un escenario real donde los elementos geométricos se cruzan formando una casa puramente marroquí. Este espacio, que combina conocimientos artesanales (escultura, marquetería, etc.) e innovaciones tecnológicas, se organiza en varias secciones: patrimonio y manuscritos, mapas históricos, un espacio dedicado a la Fundación para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural de Rabat, y una colección de libros que exploran las múltiples facetas de la cultura marroquí, sus raíces y sus figuras significativas.
Hay una selección de manuscritos raros y objetos históricos: una reproducción del cráneo fósil de Homo sapiens más antiguo del mundo, una copia de la joya más antigua, un grabado rupestre de la Edad de Piedra, el mapa de Al Idrissi, uno de los más antiguos y mapas geográficos más precisos, así como un fragmento de zellige que data del siglo XVI, dijo Choumicha Koun, jefe del departamento de patrimonio cultural del Ministerio de Juventud, cultura y comunicación.
Desde la inauguración del Salón, el pabellón marroquí despertó un gran entusiasmo, tanto por la diversidad de los elementos presentados como por la experiencia inmersiva que ofrece, reflejando la riqueza, la diversidad y la apertura de la cultura marroquí, subrayó.
En el centro del pabellón, un espacio interactivo permite a los visitantes profundizar en el patrimonio marroquí a través de una serie de fotografías y vídeos que ilustran el genio marroquí en diversos campos como la artesanía, las artes visuales, la arquitectura y la cerámica.
El pabellón dispone también de un espacio de conferencias donde se celebrarán varios encuentros con personalidades de la cultura marroquí, entre ellos filósofos, escritores, poetas y figuras destacadas del panorama cultural nacional.
Símbolo de la hospitalidad marroquí, un espacio está especialmente dedicado a la preparación y degustación del té marroquí, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de descubrir el ceremonial que rodea a esta bebida emblemática.
Un salón en miniatura, decorado con una alfombra tradicional bordada a mano, rinde homenaje al saber hacer de los artesanos marroquíes y ofrece un lugar acogedor para los invitados de honor.
El pabellón de Marruecos también ofrece un espacio dedicado a la caligrafía, donde los visitantes pueden observar a los calígrafos marroquíes trabajando, transformando las letras árabes en verdaderas pinturas artísticas, un deleite para la vista.
A través de sus diferentes facetas, el pabellón marroquí en la Feria Internacional del Libro de Sharjah ofrece una ventana abierta al patrimonio y la cultura del Reino, permitiendo a los visitantes descubrir una amplia gama de obras literarias e intelectuales presentadas por editores marroquíes.
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