SSegún la Asociación Profesional de Bancos e Instituciones Financieras (Abef), institución pública argelina que actúa como portavoz de las autoridades, los bancos locales fueron convocados el lunes 4 de noviembre e informados de esta nueva decisión, explica el diario francés..
Aunque todavía no se ha emitido ningún memorando oficial, un documento no autenticado que resume esta reunión circuló rápidamente en la comunidad empresarial, alimentando los peores temores. en la red social
Esta escalada se produce en un contexto de tensiones diplomáticas entre Argel y París, reavivadas por la decisión de Francia de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara.
Los operadores económicos temen las consecuencias desastrosas de una medida de este tipo, que afectaría tanto a las importaciones como a las exportaciones. “Sería un desastre para los productores de dátiles que se encuentran en plena cosecha y se preparan para exportar a Rungis (mercado internacional de productos frescos situado cerca de París, nota del editor). Y luego, obviamente, pensamos en el gas.”, alarma un operador franco-argelino en las columnas de Le Figaro.
De hecho, la nueva medida afectaría a tres categorías de importaciones: bienes de consumo, materias primas e insumos industriales, así como servicios. Todas estas transacciones dependen de una domiciliación bancaria que ahora sería imposible para las empresas francesas.
Los sectores más afectados incluirían la industria, la química, el automóvil y la industria alimentaria. Las exportaciones argelinas a Francia, en particular de gas, también se verían afectadas, aunque las autoridades aseguran que este escenario es “improbable”.
Los círculos económicos argelinos también están preocupados por la imagen del país, que corre el riesgo de ser “un poco más degradado, especialmente a los ojos de los inversores extranjeros que soñamos con atraer”. Piden a los gobiernos que encuentren rápidamente un compromiso para “evitar demasiado daño en la sociedad argelina”, explica un directivo de empresas francés a Le Figaro.
De hecho, las repercusiones afectarían a la vida cotidiana de los argelinos, desde el consumo de productos alimenticios hasta los servicios bancarios y la seguridad pública. Los franceses que viven en Argelia también están alarmados por las consecuencias para sus actividades, así como para la diáspora.
Ante esta situación, el empresariado teme que “No son nuestros competidores los que se benefician de ello.”. Empresas alemanas ya se han acercado a algunos clientes para ofrecerles nuevas oportunidades.
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