El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca provocará turbulencias en la economía de Quebec, preocupa François Legault.
El primer ministro del CAQ habló ante los medios de comunicación el miércoles, pocas horas después de la elección del nuevo presidente estadounidense.
“Creo que debemos decirnos la verdad: hay puestos de trabajo en juego, por lo que tendremos que ser muy estratégicos, sobre todo en sectores clave, donde Quebec exporta mucho a Estados Unidos”, declaró desde el principio.
En su opinión, cuatro sectores económicos están particularmente en riesgo: la aeronáutica, el aluminio, la madera y los productos alimenticios.
“Corremos el riesgo de experimentar turbulencias en los próximos meses, en los próximos años, en nuestras relaciones con los estadounidenses, pero estoy convencido de que la relación privilegiada que hemos logrado construir juntos beneficia a ambas partes”, subrayó el Primer Ministro. , en una nota más optimista.
Desafíos
De hecho, los desafíos serán numerosos, como fue el caso durante la última administración Trump.
El candidato republicano prometió imponer derechos de aduana del 10% a todos los productos canadienses exportados al sur de la frontera.
El tratado de libre comercio con Estados Unidos y México también expira en 2026 y habrá que renegociarlo.
“Sabemos que en las últimas negociaciones no fue fácil proteger la gestión del suministro. Esto es algo particular de Quebec. Por tanto, el gobierno federal debe comprender los intereses de los agricultores quebequenses”, recuerda François Legault.
Emisario para Quebec
También tiene intención de nombrar un emisario responsable de las relaciones con Washington.
“Esperamos que el gobierno federal lo lleve a la mesa de negociaciones con Estados Unidos”, dijo Legault.
Ontario podría tener el mismo tipo de representante para hacer valer sus prioridades, subraya el Primer Ministro.
Efectos positivos
Pero el ministro de Finanzas, Eric Girard, también ve elementos positivos en el programa económico de Donald Trump.
“Los mercados financieros aprecian los aspectos relacionados con la desregulación y los recortes de impuestos. Todo esto podría estimular el crecimiento económico”, subraya el gran financista del gobierno del CAQ.
Sin embargo, la imposición de aranceles aduaneros es un problema, reconoce Eric Girard. Al igual que François Legault, sostiene que las cadenas de producción norteamericanas están en gran medida integradas, de modo que un producto fabricado en Estados Unidos dependerá de materiales canadienses, y viceversa.
“Tendremos que argumentar que nuestras exportaciones benefician a los estadounidenses”, subraya.
Al final, “los efectos positivos podrían ser mayores” que los efectos negativos, dice Girard.
Duhaime optimista
El líder conservador Éric Duhaime, por su parte, ve una influencia positiva de la futura administración estadounidense en la política fiscal de Quebec.
“Creo que esto obligará a Quebec a mostrar realismo. Independientemente del gobierno o del partido en el poder, esto obligará a Quebec a revisar el papel del Estado y el intervencionismo”, cree.
“Nos veremos obligados a empezar a decir que debemos dejar ir al contribuyente, que tendremos que dar un respiro a los contribuyentes de Quebec, que ya pagan demasiados impuestos”, añadió.
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