Los republicanos arrebataron el control del Senado de Estados Unidos a los demócratas en las elecciones del martes, con el expresidente Donald Trump liderando la carrera por la Casa Blanca.
En la Cámara de Representantes, los demócratas obtuvieron 161 escaños, frente a 188 de los republicanos. La mayoría es de 218 escaños.
Los republicanos tomaron el control del Senado, ganaron al menos dos escaños demócratas y protegieron a sus propios legisladores en problemas para poner fin a cuatro años de control demócrata.
En Ohio, la marea republicana quedó consagrada con la victoria de Bernie Moreno sobre su rival demócrata Sherrod Brown, que intentaba presentarse a un cuarto mandato.
Por otra parte, Jim Justice, de Virginia Occidental, ganó fácilmente la vacante dejada por el retiro del senador Joe Manchin, quien pasó la mayor parte de su carrera en el Senado como demócrata antes de convertirse en independiente este año.
Las dos derrotas anularon la mayoría de 51 a 49 de los demócratas.
En su análisis de estos resultados, el New York Times espera que los republicanos, cuyas campañas parecen beneficiarse de la fuerza del expresidente Donald Trump en estados clave, puedan fortalecer su nueva mayoría a través de elecciones muy reñidas en Wisconsin, Pensilvania y Michigan. Ventaja republicana en Montana.
Gracias a esta victoria, los republicanos tendrán un papel de liderazgo en la configuración de la política federal, particularmente en caso de que Trump regrese a la Casa Blanca. Según las últimas proyecciones de Associated Press, Trump tiene ahora 248 votos electorales frente a 214 de su rival demócrata, Kamala Harris.
“Los votantes están confiando a los republicanos del Senado una oportunidad extraordinaria”, dijo el senador John Barrasso, el tercer republicano que ganó la reelección en su propia carrera en Wyoming.
Explicó que la nueva mayoría republicana en el Senado tendrá como objetivo implementar una agenda que “refleje las prioridades de Estados Unidos: precios más bajos, menos gasto, fronteras seguras y dominio estadounidense en el campo de la energía”.
Para los demócratas, la pérdida de la mayoría constituye un importante revés en su intento de permanecer en el poder.
La lucha por el control del Senado se ha centrado en gran medida en Ohio y Montana, dos estados controlados por los demócratas y ganados por Trump en 2016 y 2020, y que también volvió a ganar cómodamente en las elecciones actuales.
Con MAPA
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