¿Todas las alternativas a los cigarrillos son seguras para la salud? ¿Cuál es su precio? ¿A cuál recurrir? Con motivo del mes sin tabaco, repasemos las alternativas que se ofrecen para ayudar a dejar de fumar.
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El tabaco es una droga. y uno “Droga clasificada tan fuerte como la heroína. [du point de vue de l’addiction]”, libro Aline Finocchiaro, enfermera antitabaco del Hospital Universitario de Besançon en Doubs. Decidir dejar de fumar requiere fuerza de voluntad, perseverancia y puede requerir apoyo de profesionales de la salud.
Recordemos que los cigarrillos contienen más de 4.000 sustancias tóxicas. El tabaquismo es la principal causa evitable de muerte. Uno de cada dos fumadores muere por las consecuencias del consumo de tabaco y no existe un umbral por debajo del cual fumar no sea un riesgo.
Según cifras de Public Health France publicadas en mayo de 2023, 15 millones de franceses fuman. Esto representa aproximadamente una cuarta parte de la población total. Entre ellos, 12 millones fuman diariamente, lo que representa el 24,5% de la población de 18 a 75 años.
Para dejar de lado la nicotina, el principal agente de la dependencia del tabaco, existen e incluso se recomiendan varios sustitutos. “Como profesional de la salud recomiendo el reemplazo de nicotina, que será un apoyo para la asistencia para dejar de fumar y tratará la necesidad física”, indica la enfermera tabacalera.
El parche y los sustitutos orales
El parche es un parche transdérmico que se adhiere directamente a la piel. Libera nicotina lenta y continuamente en el cuerpo. Las dosis varían según el consumo individual. Es posible comenzar con una dosis alta y reducir gradualmente la cantidad de nicotina. “No existe ninguna contraindicación, salvo la alergia a los parches”. especifica Aline Finocchiaro. Su uso es sencillo, una vez aplicado por la mañana, no es necesario realizar cuidados durante el día. Se dejan puestos entre 16 y 24 horas según el caso. Su precio varía según la marca y la dosis, pero una caja de siete parches cuesta entre 20 y 25 euros.
Son reembolsables en un 65% por la Seguridad Social. Pueden ser recetados por un médico de cabecera o un especialista en tabaco. “Cualquier persona adicta a la nicotina es elegible” especifica Aline Finocchiaro. Como complementos se pueden utilizar chicles o comprimidos y pastillas que contengan nicotina. “Los hay de distintos tamaños y gustos”. ella enfatiza. Estos sustitutos pueden ayudar a controlar el comportamiento oral relacionado con el tabaquismo. También son reembolsables por la Seguridad Social. Una caja de 30 chicles o una caja de 30 pastillas cuesta unos 7 euros.
El cigarrillo electrónico
Al permitir conservar los gestos, el cigarrillo electrónico facilita la transición hacia dejar de fumar por completo. Considerado mucho menos nocivo, no produce sustancias tóxicas y cancerígenas presentes en el humo del cigarrillo, como el monóxido de carbono y el alquitrán.
Se necesita un año de vapeo para tener el equivalente a un paquete de cigarrillos.
Aline Finocchiaro, enfermera antitabaco del hospital universitario de Besançon en Doubs
Si el cigarrillo electrónico no tiene los efectos nocivos del cigarrillo relacionados con la combustión, debes tener cuidado con los líquidos que echas en el cigarrillo electrónico. “Los estudios han demostrado la inestabilidad de los aromas calientes”, especifica la enfermera. Por tanto, algunos aromas son mucho más peligrosos que otros: “Palomitas de maíz, a veces mentoladas, canela y cereza”. Pueden aumentar la inflamación a nivel respiratorio. Para protegerse de los efectos del calentamiento, también debes tener cuidado al ajustar el cigarrillo electrónico. Los profesionales de la salud pueden ayudar a resolverlo.
Los precios varían. Un cigarrillo electrónico puede costar desde 20 euros hasta 400 euros. No es reembolsable por la Seguridad Social. El informe de 2023 sobre el cese del consumo de tabaco de la Alta Autoridad Sanitaria no lo prohíbe, pero tampoco lo autoriza.
También hay que prestar atención a la normativa. En Francia, los líquidos están sujetos a una norma europea, pero no ocurre lo mismo con todos los líquidos que se pueden comprar en Internet.
Pero para el especialista en tabaco, “Si el cigarrillo electrónico está bien orientado, es una gran herramienta para ayudar a dejar de fumar”. Para ella, esta herramienta sólo debería ser transitoria: “Está en un proyecto de cierre, no vamos a vapear en 20 años”.
El puff, ¿buena idea?
Conocido por estar dirigido a los jóvenes, este cigarrillo electrónico desechable cuesta unos diez euros “Tiene capacidad para 600 caladas, lo que corresponde a 40 cigarrillos”, especifica Aline Finocchiaro. A diferencia del cigarrillo electrónico, la calada ya está preestablecida, “Por tanto, protege contra los efectos del calentamiento”. Pero el tabacalista aún desaconseja su uso: “Garantizan principalmente aromas frutales y sobre aromas no conocemos los impactos”.
Actualmente, las caladas están en la mira de las autoridades. La ministra de Sanidad, Geneviève Darrieussecq, tiene intención de prohibirlos. Pero por ahora aún se esperan los decretos de aplicación. Pronto también se prohibirán las bolsitas de nicotina aromatizadas llamadas “bolsas”. Muy apreciados por los adolescentes y los adultos jóvenes, estos sobres se utilizan a veces como medio para dejar de fumar y provocan síndromes nicotínicos agudos (vómitos, convulsiones, hipotensión).
Inhaladores y aerosoles
Para las personas que no quieren utilizar cigarrillos electrónicos, existen inhaladores de nicotina. Liberan nicotina en forma de vapor que el usuario inhala. También está cubierto por el Seguro Médico con receta médica. ¿Pero cómo elegir entre cigarrillo electrónico e inhalador? “Todo depende del contexto de vida de la persona. Si se trata de una persona joven que frecuenta ambientes festivos, se debe olvidar el inhalador”. decide el especialista en tabaco. Los precios de un inhalador varían según la cantidad de cartuchos. Una caja de seis cartuchos cuesta entre 15 y 30 euros.
El spray, por su parte, alivia las ganas de fumar a los 30 segundos de su uso. Se pulveriza directamente en la boca, en la parte interior de la mejilla. Cuesta unos veinte euros.
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