(Kabul) Hasta hace poco, desde el regreso de los talibanes al poder en Afganistán, sus políticas misóginas parecían llevarlos a un aislamiento casi total en el mundo.
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Cristina Goldbaum
Los New York Times
Occidente y los países islámicos han condenado las peores medidas, particularmente en materia de educación de las niñas. Se han ignorado las propuestas diplomáticas del régimen que indicaban su deseo de colaborar con el mundo. Hasta la fecha, ningún país reconoce la legitimidad de los talibanes al frente de Afganistán.
Pero en los últimos meses hemos sentido que la marea está cambiando.
Decenas de países han acogido a diplomáticos talibanes. Funcionarios de alto nivel han ido a Kabul para establecer relaciones diplomáticas, invertir y negociar acuerdos comerciales. Los cuadros talibanes han obtenido indultos de la prohibición de viajar. Incluso se habla de sacar al grupo de las listas terroristas internacionales.
La actividad diplomática denota la normalización de los talibanes: ayer insurgentes, hoy son líderes políticos. Hay un consenso en muchas capitales: el gobierno talibán llegó para quedarse.
¿Qué países están estableciendo vínculos con los talibanes?
China fue la primera, en enero, en dar la bienvenida a un diplomático talibán como embajador de Afganistán, un título normalmente reservado para enviados cuyos países son oficialmente reconocidos internacionalmente. Los Emiratos Árabes Unidos hicieron lo mismo en agosto.
Esto allana el camino para el reconocimiento oficial del gobierno talibán por parte de estos dos países, creen varios expertos.
En agosto, Uzbekistán envió a su primer ministro a Kabul; Esta es la mayor visita extranjera a Afganistán desde que los talibanes tomaron el poder. Rusia planea eliminar a los talibanes de su lista de organizaciones terroristas; sería el primer país en hacerlo.
Los talibanes también han tenido éxito en las misiones diplomáticas de Afganistán en todo el mundo. Después del colapso del gobierno afgano respaldado por Estados Unidos en 2021, los diplomáticos afganos en ejercicio continuaron dirigiendo las embajadas del país, a menudo presionando a sus países anfitriones para que aprobaran políticas a las que se oponían los talibanes.
Sin embargo, el mes pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores talibán anunció que controlaba unas cuarenta embajadas y consulados afganos. La autoridad sobre estas misiones diplomáticas demuestra el control de los talibanes sobre Afganistán y le da al grupo voz en países donde sus líderes no pueden visitar debido a prohibiciones de viajes internacionales.
¿Y en Occidente?
Los países occidentales fueron los primeros en denunciar el trato que los talibanes dan a las mujeres, con la esperanza de animarlos a dar marcha atrás en sus políticas más controvertidas.
Estados Unidos se apega a su estricta política sobre los derechos de las mujeres: existen sanciones y los funcionarios talibanes permanecen en la lista negra hasta que se alivien las restricciones.
Pero Estados Unidos es ahora una excepción. Desde el rechazo perentorio de la presión externa por parte de los talibanes, muchos países europeos y organizaciones internacionales parecen aceptar los límites de su influencia y comprometerse en cuestiones en las que pueden existir puntos en común.
En junio, la ONU convenció a los talibanes para que asistieran a una conferencia sobre Afganistán eliminando los derechos de las mujeres de su agenda. Los talibanes ya habían rechazado dos invitaciones similares.
En los últimos meses, los países europeos han presionado a los diplomáticos afganos en sus capitales para que reconozcan la autoridad del gobierno talibán, según tres funcionarios familiarizados con el asunto.
En cambio, las embajadas de Afganistán en Londres y Oslo cerraron sus puertas el mes pasado. Según el embajador en Gran Bretaña, designado por el antiguo gobierno respaldado por Estados Unidos, la embajada cerró “a petición oficial del país anfitrión”.
Los líderes europeos están motivados por dos temores: si el caos regresa a Afganistán, oleadas de inmigrantes afganos o terrorismo podrían golpear a Europa.
¿Qué significa esto para Afganistán?
La aceptación gradual del gobierno talibán crea oportunidades para el comercio y la inversión: inyecciones de liquidez muy necesarias desde la caída del gobierno respaldado por Estados Unidos.
Durante el año pasado, los talibanes otorgaron decenas de permisos de minería en el país. También han firmado contratos con empresas de países vecinos para construir infraestructura en Afganistán, que se encuentra en el cruce de las rutas comerciales de Asia Central y del Sur. Estas decisiones podrían reactivar la economía del país y aumentar la popularidad de los talibanes entre la población.
Por otro lado, esta mejora diplomática reduce la presión ejercida para aliviar las restricciones impuestas a las mujeres. Es una victoria para los talibanes y un golpe para muchas mujeres afganas.
Este artículo fue publicado en el New York Times.
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