Badr Tadlaoui
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13:34 – 7 de enero de 2025
Xavier Driencourt, ex embajador de Francia en Argelia, hizo sonar la alarma sobre la creciente influencia de los relevos argelinos en Francia, que considera una fuente potencial de desestabilización. Durante una entrevista con Europe 1 el martes 7 de enero, declaró que “el momento ya no es para dudas” y pidió medidas concretas para limitar esta influencia.
Según Driencourt, Argelia se beneficia de una amplia red de influencia en Francia, incluidos 20 consulados que, según afirma, “funcionan como relevos de influencia directa”. También mencionó la presencia de numerosas mezquitas y circuitos financieros informales que califica de palancas de poder en el exterior.
El ex embajador recordó también una sentencia sorprendente pronunciada contra él por un ex primer ministro argelino: “Señor Embajador, le conocemos mucho mejor que usted a nosotros”antes de enfatizar: “Creo que todo está en esta fórmula”. Añadió que no creía que un plan organizado vendría directamente de Argel, pero que “El hecho es que los argelinos tienen relevos en Francia”.
En respuesta a los recientes comentarios del Ministro francés de Asuntos Exteriores que planteaban dudas sobre las buenas intenciones de Argelia, Driencourt dijo: “Ya no es tiempo de dudas. Ahora es el momento de tener certezas”.
También recordó un acuerdo bilateral firmado en 2007 entre Bernard Kouchner, entonces ministro francés de Asuntos Exteriores, y su homólogo argelino Mourad Medelci, que permitía a los argelinos viajar a Francia sin visado. “Este acuerdo abrió el camino a una afluencia de personalidades argelinas que venían a Francia para gestionar sus asuntos financieros o buscar tratamiento, sin un control real”subrayó.
Driencourt pidió una revisión de las relaciones bilaterales con Argel. “Es urgente tomar medidas con respecto a Argelia para restablecer el equilibrio en las relaciones diplomáticas y contrarrestar estos mecanismos de influencia”.
Estas declaraciones se producen en un contexto de tensiones intensificadas entre París y Argel, particularmente en cuestiones migratorias, relaciones económicas y memorias compartidas vinculadas a la historia colonial y, desde hace algún tiempo, en torno al acuerdo de 1968.
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