Cuestionado, criticado e incluso abucheado por los mahorais desesperados cinco días después del devastador paso del ciclón Chido, Emmanuel Macron prometió el jueves “reconstruir” Mayotte gracias a una ley especial, pero también reforzar la lucha contra la inmigración ilegal.
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19 de diciembre de 2024 – 22:15 h.
(Keystone-ATS) Ante la magnitud de los daños, el Jefe de Estado, inicialmente esperado para algunas horas, anunció que permanecería hasta el viernes en el archipiélago francés del Océano Índico para visitar un barrio chabolista y otras zonas remotas. Y fijó el lunes 23 de diciembre como día de “luto nacional”, con banderas a media asta y un minuto de silencio en toda Francia al mediodía.
A su llegada por la mañana y durante todo el día, se enfrentó a la angustia de los residentes. Y hay muchas emergencias.
Agua, comida y electricidad.
En Cavani, un distrito de la capital Mamoudzou, una madre de tres hijos le dijo que la “movilización” del Estado y las ayudas elogiadas por el presidente “no llegan”. “Estamos completamente indefensos, no sabemos llorar, no sabemos sonreír”, dice, antes de romper a llorar en brazos de Emmanuel Macron, que la abraza durante mucho tiempo.
La tensión también es palpable, a veces, durante un largo intercambio con funcionarios electos locales en la sala de paredes de ladrillo negro del consejo departamental.
Houdjati Hairati, concejal municipal, se levanta para regañar al presidente. “No quiero darte las gracias por estar aquí porque es tu deber”, explica. “No estamos haciendo trabajo humanitario, no estamos en Palestina”, añade, calurosamente aplaudida por el público.
Al caer la noche, una multitud enfurecida lo espera en Pamandzi, en la isla de Petite-Terre, frente a Mamoudzou. “¡Macron dimite! “, “estás diciendo tonterías”, dicen jóvenes y madres enfadados a un jefe de Estado que no puede expresarse y acaba soltando: “¡Yo no soy el ciclón! ¡No soy responsable! »
Ante estas preguntas, Emmanuel Macron también ofrece respuestas iniciales.
“La telefonía se restablecerá en los próximos días”, asegura. En cuanto a la distribución de agua y alimentos para compensar la escasez, llegarán a “todos los municipios” del departamento más pobre de Francia “el domingo por la noche”.
“Mañana se restablecerá el 50% de la electricidad, aproximadamente lo mismo para el agua”, promete también el presidente, antes de reconocer que para los municipios más “aislados” serán necesarias “varias semanas”.
Saqueo
Otra emergencia es la seguridad, ya que se han reportado saqueos y desde el martes está en vigor un toque de queda.
“¡Señor presidente, tenemos miedo de que sea Haití! », dice una persona alarmada por los riesgos de excesos.
“El domingo tendréis 1.200 fuerzas de seguridad interna desplegadas”, responde.
En cuanto a los estudiantes, el objetivo sigue siendo “prepararse para el inicio del curso escolar el 13 de enero”.
Emmanuel Macron también anunció un “fondo de compensación” para los no asegurados, cuyo importe aún no ha revelado. Los costes de los daños cubiertos por el seguro fueron estimados entre 650 y 800 millones de euros por el Fondo Central de Reaseguro, que destaca, sin embargo, que sólo el 6% de los habitantes de Mayotte tienen un seguro de hogar.
Más allá de las necesidades inmediatas, el Presidente de la República intenta proyectar el archipiélago hacia la reconstrucción, prometiendo “reconstruir” Mayotte. Anunció una “ley especial” para acelerar los plazos, “derogarse las normas” y facilitar las obras, como se hizo para organizar los Juegos Olímpicos y reconstruir Notre-Dame de París en cinco años.
“Pudimos reconstruir nuestra catedral en cinco años. Seguiría siendo una tragedia si no pudiéramos reconstruir Mayotte”, desliza.
Si bien el Jefe de Estado no mencionó ningún calendario por el momento, su Primer Ministro, François Bayrou, de París, quiso ser ambicioso y mencionó un posible plazo de “dos años”. “Espero que lleguemos allí. Es una tarea sobrehumana, inmensa”, afirmó el jueves por la noche en France 2.
El objetivo es “poner fin” a los barrios marginales y “eliminar hábitats indignos y peligrosos”, explicó Emmanuel Macron in situ.
Alrededor de un tercio de la población, es decir más de 100.000 habitantes, en particular personas en situación irregular procedentes de las vecinas Comoras, viven en viviendas precarias, la mayor parte de las cuales han sido destruidas.
Emmanuel Macron también dice que quiere “reforzar la lucha contra la inmigración ilegal”, que, según él, pesa sobre las múltiples crisis que afronta el archipiélago. En particular, quiere aumentar las deportaciones a la frontera hasta llegar a 35.000 o 40.000 por año frente a las 22.000 en 2023.
Muertes no registradas
En el hospital de Mamoudzou, donde las ventanas volaron, las salas se inundaron y los equipos fueron destruidos, el debate se centró en el complicísimo censo del número de fallecidos, mientras muchas localidades siguen siendo inaccesibles. Y en la tradición musulmana, los difuntos son enterrados lo más rápido posible.
Según cifras provisionales del Ministerio del Interior, se contabilizaron oficialmente 31 muertos y unos 2.500 heridos, mientras que el 70% de los residentes resultaron gravemente afectados.
“Es probable que haya muchas más víctimas”, admitió Emmanuel Macron.
En Mozambique, el ciclón Chibo que azotó el domingo este país africano dejó al menos 73 muertos.