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En un bonito artículo titulado: “Tradición y modernidad en acción: Rabat, el modelo que desafía a Kinshasa”, el medio online congoleño Infos27 cree que la planificación urbana de la capital del Reino podría inspirar a otras metrópolis africanas. en particular Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, que enfrenta varios desafíos de infraestructura. Aquí está el artículo firmado por Pitshou Mulumba.
Par: Orgullo Pitshou *
Rabat, una ciudad con un encanto atemporal y una ambición decidida, encarna el equilibrio perfecto entre tradición y modernidad. Capital política y cultural de Marruecos, combina con rara elegancia su rico patrimonio histórico y sus aspiraciones contemporáneas. Sus avenidas cuidadosamente diseñadas, sus monumentos emblemáticos y sus atrevidos proyectos de desarrollo la convierten en una metrópolis ejemplar que atrae la atención del mundo entero. Entre sus símbolos, la avenida Mohammed V ilustra una modernidad ordenada, con sus instituciones gubernamentales e infraestructura adaptadas a una gestión eficaz del tráfico urbano. A pocos pasos, la Kasbah des Oudayas y la Medina son testigos de un pasado vibrante, donde cada piedra cuenta la gloriosa historia de Marruecos. El Mausoleo de Mohammed V, obra maestra de la arquitectura contemporánea inspirada en la tradición, y la Torre Hassan, vestigio del siglo XII, reflejan esta armoniosa convivencia entre épocas. Esta armonía no es sólo estética: refleja una gestión urbana diseñada para satisfacer las necesidades actuales y al mismo tiempo promover el patrimonio. El desarrollo del puerto deportivo de Bouregreg, por ejemplo, integra el río en la dinámica económica y cultural de la ciudad, transformando este espacio en un centro moderno y atractivo. Un ejemplo así debería inspirar a otras metrópolis africanas, en particular Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, que enfrenta varios desafíos de infraestructura. Mientras Kinshasa aspira a una urbanización más estructurada, el ejemplo de Rabat demuestra que el desarrollo armonioso es posible, incluso en un contexto africano.
Rabat, la capital política y cultural de Marruecos, encarna un equilibrio único entre tradición y modernidad. Sus cuidadas avenidas, monumentos históricos y proyectos de desarrollo urbano reflejan una visión clara de desarrollo armonioso, atrayendo visitantes e inversores. La avenida Mohammed V, con sus instituciones gubernamentales y su estilo art déco, simboliza esta convivencia entre historia y funcionalidad moderna.
Cerca de allí, la Kasbah des Oudayas, la Medina y el Mausoleo de Mohammed V recuerdan un rico pasado, mientras que proyectos como el puerto deportivo de Bouregreg integran el río en el dinamismo económico y cultural de la ciudad.
Esta capacidad de mezclar herencia e innovación no es sólo estética. Refleja una gestión urbana diseñada para satisfacer las necesidades contemporáneas y al mismo tiempo promover el patrimonio. Este modelo ejemplar debería inspirar a otras metrópolis africanas, en particular Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, que enfrenta desafíos crecientes relacionados con su demografía y urbanización.
Rabat, fuente de inspiración para Kinshasa
Con una población en constante aumento, Kinshasa enfrenta grandes desafíos en materia de infraestructura y gestión urbana. El ejemplo de Rabat muestra que un desarrollo reflexivo puede permitir que una ciudad combine modernidad y respeto por su identidad.
Rabat ha confiado en una red de carreteras organizada y en un transporte público eficiente, en particular con el tranvía que une Rabat con Salé. Kinshasa podría inspirarse en este enfoque modernizando sus carreteras principales, regulando mejor su tráfico y desarrollando soluciones eficientes de transporte colectivo.
Explotación del río Congo
El río Bouregreg, rehabilitado como eje económico y recreativo, es un ejemplo concreto de valorización de los recursos naturales urbanos. Kinshasa, atravesada por el majestuoso río Congo, podría desarrollar infraestructuras fluviales modernas para aliviar la congestión en sus carreteras y al mismo tiempo crear espacios económicos y culturales en sus orillas.
Los transbordadores, los muelles remodelados y las zonas de actividad ribereña podrían transformar el río en una palanca de movilidad y desarrollo.
Preservación y puesta en valor del patrimonio
Rabat ha sabido preservar su historia y al mismo tiempo hacerla accesible y atractiva, como lo demuestran la Medina y la Torre Hassan. Kinshasa, con sus edificios históricos y su riqueza cultural, también tiene un patrimonio a destacar. La Gombe y todo el centro de la ciudad podrían convertirse en polos de atracción turística y cultural gracias a visitas organizadas y a una mejor promoción de sitios emblemáticos, como el Museo Nacional o los restos coloniales.
El embajador de Marruecos en la República Democrática del Congo siempre ha expresado la disposición de Marruecos a compartir sus conocimientos con la República Democrática del Congo. Esto podría promover un acercamiento directo y estratégico entre las dos capitales, Rabat y Kinshasa. Esta asociación podría acelerar la implementación de una planificación urbana integrada y sostenible en la capital congoleña. Rabat demuestra que un desarrollo armonioso es posible, incluso en un contexto africano, y Kinshasa debería seguir este camino para erigirse en una metrópoli moderna y ejemplar en el continente.
* Director general del medio congoleño en línea “Infos27”
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