A diferencia de otros países, como los Emiratos Árabes Unidos, que han sabido crear una dinámica propicia al reconocimiento de sus talentos culinarios, Marruecos lucha por desarrollar una estrategia coherente. Sin embargo, como señala Mustapha Bousbaa, el potencial existe. Cita así el ejemplo de los chefs que han sabido distinguirse en concursos de renombre internacional como el Bocuse d’Or África. “Estas iniciativas siguen siendo ad hoc y carecen de un marco global para transformar estos éxitos en un trampolín para todo el sector”, afirma. Además, sigue convencido de que “la formación de chefs estrella requiere no sólo competencias técnicas, sino también una visión estratégica que combine innovación, formación y promoción del producto local”.
Promocionar el terruño marroquí
Marruecos tiene un patrimonio culinario único, rico en especias raras como el azafrán y el argán, así como en preparaciones tradicionales como el Amlou. El chef Mustapha, cuya carrera está marcada por prestigiosas experiencias tanto en Marruecos como en el extranjero, se ha consolidado como un actor clave en el panorama culinario. Desde Kinshasa hasta las colaboraciones con expertos internacionales, cada etapa de su carrera ha perfeccionado su enfoque, combinando creatividad y rigor.
Destaca la importancia de estos productos en sus creaciones, destacando que “estos tesoros culinarios no son sólo ingredientes, sino las claves para situar la cocina marroquí en el nivel internacional”. Para que estos productos sean realmente valorados, pide seguir invirtiendo en la formación de talentos, la organización de concursos nacionales e internacionales, así como una estrecha colaboración entre chefs, instituciones y actores privados. Además, organizó una clase magistral culinaria que reunió a nueve renombrados chefs marroquíes para formar a jóvenes locales y compartir experiencias y conocimientos.
Formar los talentos del mañana
El chef Mustapha insiste en la importancia de transmitir conocimientos y formar jóvenes talentos para garantizar un futuro prometedor a la gastronomía marroquí. Nos recuerda que cada paso del viaje culinario cuenta. Desde asistente de cocina hasta chef ejecutivo, cada puesto enriquece sus habilidades y lo prepara para las responsabilidades. Sin embargo, también señala que el progreso individual debe ir acompañado de un apoyo estructurado. Participar en concursos internacionales o formar parte de jurados de prestigio son oportunidades que deberían ser más accesibles para los chefs marroquíes.
Una visión nacional
Más allá de los viajes individuales, lo que hay que desarrollar es una visión nacional, según el jefe Mustapha. Considera la cocina como una escuela de vida y aboga por un enfoque colaborativo, donde cada región, cada producto y cada talento encuentre su lugar en un ecosistema dinámico.
Afirma que los chefs marroquíes deben ser reconocidos como embajadores de la gastronomía local. Según él, esto requiere una estrategia clara que incluya la promoción de productos locales, el apoyo a los talentos emergentes y la participación en eventos internacionales. También propone iniciativas concretas, como la organización de eventos culinarios a escala nacional y regional, para reforzar la visibilidad y el impacto de la cocina marroquí. “Al combinar creatividad, pasión y profesionalidad, Marruecos tiene todos los activos para consolidarse como una referencia mundial, siempre que los esfuerzos estén respaldados por una voluntad colectiva y medios adecuados”, concluye el profesional.