Este sábado, los ghaneses acudirán a las urnas para las elecciones presidenciales y legislativas, consideradas una prueba de democracia en una región a menudo desestabilizada por la violencia y los golpes de estado.
Aproximadamente 18,7 millones de ciudadanos están registrados para votar. Estas elecciones se producen en un contexto de crisis económica sin precedentes, marcada por una inflación galopante y una alta tasa de desempleo, particularmente entre los jóvenes.
El principal duelo enfrenta al vicepresidente Mahamudu Bawumia, candidato del partido gobernante, y al ex presidente John Dramani Mahama, figura de la oposición. Cada uno de estos dos rivales promete restaurar la economía, pero sus programas difieren poco según los analistas.
A pesar de sus éxitos pasados como modelo democrático y económico en África occidental, Ghana atraviesa tiempos difíciles. En 2022, el país incumplió el pago de gran parte de su deuda externa, agravando los problemas sociales y económicos.
Minería ilegal de oro, o galamseysigue siendo un problema importante. Esta práctica, intensificada por la crisis, contamina gravemente los ríos y el medio ambiente a pesar de las medidas adoptadas por las autoridades.
Con un Parlamento de 276 escaños en juego, esta elección podría redefinir el equilibrio político. Los resultados, que se esperan para los próximos días, serán examinados de cerca para evaluar el futuro económico y democrático de Ghana.
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