El prestigioso diario estadounidense The Washington Post dedicó, en su edición del sábado, un artículo a la ciudad de Rabat, una “joya histórica junto al mar” que vive un “renacimiento” de los museos.
En este artículo de Graham Cornwell, historiador especializado en Oriente Medio y el Norte de África, el periódico indica que Rabat se ha beneficiado de la dinámica inversora iniciada en esta zona en los últimos años en el Reino.
En este contexto, el especialista de la Universidad George Washington señala que Marruecos ha realizado inversiones en sus infraestructuras museísticas, rehabilitando edificios históricos para reutilizarlos y exponer nuevas colecciones en todo el país.
En este panorama arquitectónico de la capital de Marruecos, destaca como una joya rara el Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contemporáneo, afirma. Este edificio fue la punta de lanza de esta dinámica “nacional” a favor de los museos.
La inauguración de esta institución en 2014 atrajo a artistas contemporáneos marroquíes e internacionales y dio lugar a exposiciones “que van desde el arte poscolonial marroquí hasta obras de pintores cubanos expatriados”.
El Washington Post también cita el Museo Bank al-Maghrib, “ubicado en una obra maestra arquitectónica de un edificio que integra florituras estéticas marroquíes en el diseño europeo moderno”.
Este museo cuenta milenios de historia marroquí a través de monedas antiguas y algunas de las mejores pinturas marroquíes del siglo pasado, señala el autor del artículo.
A este mosaico se suma el Museo Nacional de Fotografía, situado en el pintoresco barrio de L’Océan, añade el diario, recordando que este espacio acaba de albergar una exposición de fotógrafos “innovadores” de toda África.
Entre las obras que son orgullo de la capital, la publicación cita también la Torre Mohammed VI, la más alta de África, el Gran Teatro de Rabat y el sitio histórico de Chellah.
En este artículo adornado con bellas fotografías que ilustran facetas de la vida cultural y social de la capital, el autor invita también a apreciar la tranquilidad que reina en las calles de la Medina de Rabat.
