NARRATIVO – Mientras Emmanuel Macron consulta a los distintos partidos con vistas a nombrar un nuevo primer ministro, entre los republicanos florecen rivalidades y divergencias estratégicas.
Al entrar en Beauvau, Bruno Retailleau abandonó las sombras de los acogedores pasillos del Senado para avanzar a la luz del ministerio más expuesto. Lo que, mecánicamente, ya molestó a algunos de la derecha y corría el riesgo de condenar a las sombras a quienes, por el contrario, se negaron a unirse al gobierno de Michel Barnier. En el puesto de Bercy, que le fue ofrecido hace tres meses, Laurent Wauquiez prefirió conservar la presidencia del grupo LR en la Asamblea Nacional.
Por tanto, los dos hombres evolucionaron dentro de los límites de lo que permitían sus respectivos estatus. Laurent Wauquiez, intentando imponer su influencia dentro de una “base común” –muy frágil– en el Parlamento. Bruno Retailleau, elaborando una firme política de seguridad desde su toma de posesión, en un intento de dejar su huella lo más rápidamente posible en Beauvau. Entre una serie de anuncios (ley de inmigración, ley de lucha contra el narcotráfico) y lo que él llama su “libertad de tono”sin dudar en lanzar
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