Construcción y ergonomía.
Si el diseño del Razer Wolverine V2 te parece un poco extraño en las fotos, es normal. A primera vista, sus asas combinadas con su imponente centro parecen bastante únicas en el mercado actual. Sin embargo, en comparación con un pad Xbox estándar, la propuesta de Razer no es radicalmente diferente. Efectivamente sus protuberancias laterales son un pelín más cortas, pero al final es su punta completamente redondeada la que da una sensación de desproporción con el resto de su chasis, convirtiéndose en definitiva en una pastilla totalmente clásica.
Su parte delantera está hecha de un plástico rugoso de tacto agradable, mientras que sus puños traseros se benefician de un revestimiento gomoso texturizado que ayuda a prevenir los rastros de transpiración.
Hay algunos matices a tener en cuenta con su homólogo de Microsoft, empezando por una clave de cambio de perfil integrada, una característica heredada del mando Xbox Series Elite, a la que volveremos más adelante. A diferencia de este último, también se beneficia del botón de compartir presente en el pad estándar, lo que lo convierte en una bienvenida alianza de los mejores mundos y nos evita tener que pasar por macros opcionales. Además, el diseño del panel frontal sigue siendo el mismo, si no un poco más “recolectado”.
Los dos sticks (efecto Hall, pero de esto también hablaremos más adelante) tienen un trazo similar, si no idéntico, al del pad de Xbox. Tenga en cuenta que las tapas de los sticks se pueden reemplazar; se incluyen otras dos tapas en la bolsa del controlador, una de las cuales tiene forma convexa.
Pero en el caso de la cruz direccional y los botones, las diferencias son realmente notables. Salida El d-pad rígido, el Wolverine V3 Pro tiene un disco transversal que gira sobre su eje central (piense en el controlador Sega Saturn, entre otros). La sensación es más “flotante”, pero no imprecisa gracias a la presencia de microinterruptores y su retroalimentación. hacer clic. Estos mismos interruptores están ubicados debajo de los cuatro botones principales. Su ruido cuando se activan no es despreciable y los oídos más sensibles pueden resultar cansados a la larga. Sin embargo, nuestras sesiones de juego no fueron interrumpidas.
Antes de abordar la parte trasera del Wolverine V3 Pro, centrémonos en su parte superior, donde se anida el tradicional cuarteto de botones laterales y disparadores… Pero aquí se han añadido dos pequeños botones adicionales. Al igual que su versión V2, el controlador tiene dos comandos adicionales, que pueden asignarse como duplicados para otros botones. Colocados hacia el centro, no interrumpirán el uso de los dos gatillos. Además, estos últimos disponen cada uno de un pequeño bloqueo mecánico, activable en la parte trasera, para bloquear su carrera de activación y hacerlos más reactivos. Práctico para obtener unas milésimas de segundo de capacidad de respuesta durante las sesiones de FPS.
Completemos este resumen con los últimos controles del Wolverine V3 Pro, las famosas paletas en su panel trasero. Hay cuatro de ellos, lo que le permite ejecutar comandos con los dedos medio y meñique. La utilidad de tal adición puede parecer extraña, porque ¿cuántos botones necesitas realmente para jugar? Pero en determinados casos resulta muy práctico acceder más rápidamente a determinados comandos, como abrir un mapa o iniciar un sprint sin tener que mover el pulgar del stick o de los botones frontales. En el Wolverine, el cuarteto de palas todavía tiene sentimiento hacer clic con un golpe corto y eficiente y el mismo revestimiento texturizado que las empuñaduras del controlador.
En el centro del borde superior se encuentra el puerto USB-C destinado a cargar el mando y su conexión por cable a la bicicleta utilizada. Inalámbricoel Wolverine V3 Pro tiene un dongle (bastante grande) de 2,4 GHz, un protocolo preferido para juegos competitivos, mucho más confiable que Bluetooth. Este último tampoco está presente en el controlador.
La transición a la autonomía inalámbrica es obvia: Razer promete 20 horas de juego, pero nuestra experiencia es diferente. En concreto, dura unas quince horas, mucho menos que la Xbox Elite Series, pero más que el DualSense. ¡Podría hacerlo mejor!
Personalización y configuración
Como controlador compatible con Xbox, Wolverine V3 Pro es reconocido de forma nativa por la aplicación Accesorios de Xbox en PC y consola. Pero este último sólo ofrece las opciones de personalización más rudimentarias, contentándose con permitirnos asignar teclas diferentes a las que ya están presentes en el mando de Xbox. Para utilizar realmente el controlador Razer, deberá pasar por la aplicación Configuración del controlador Razer para Xbox.
Este último, mucho más extenso, permite asignar comandos a los gatillos traseros y a los dos botones laterales adicionales, pero también ajustar el zona muerta palos, o este margen dentro del cual el juego no distingue ningún movimiento.
También es posible cambiar la iluminación RGB del logo, ajustar la intensidad de las vibraciones o la duración de su tiempo de espera. En definitiva, tantos ajustes imprescindibles para su uso y que se pueden guardar en tres perfiles diferentes. Sin embargo, faltan algunas opciones. A diferencia de los controladores Elite Series, es imposible configurar la sensibilidad del recorrido del stick o la de los gatillos. Una pequeña falta que le impide alcanzar la plenitud.
Precisión y capacidad de respuesta
Más pesado que los controladores “estándar” de los principales fabricantes, el Razer Wolverine V3 Pro se siente agradable en la mano con un peso (304 g) que sugiere cierta calidad de construcción. También apreciamos el golpe de sus sticks, ofreciendo una sensación similar a la de Xbox.
Obviamente, tendrás que apreciar no sólo el ruido de los botones frontales y laterales, sino también los interruptores. hacer clic obligan, pero también proporcionan una respuesta muy diferente a la de los controladores de membrana habituales. Este ruido agudo le permite saber exactamente cuándo se ingresa el comando, lo cual es muy práctico.
No hay problema para utilizar las levas traseras, que caen justo al alcance de nuestra mano. Seguimos notando que el diseño, más compacto y agrupado, se adapta más a las manos más pequeñas que a las más grandes. Finalmente, la cruz direccional resulta ser un pequeño placer de usar. No iremos tan lejos como para recomendarlo para juegos de lucha como luchador callejero¨pero su forma cóncava y los “clics” de su disco ofrecen cierta satisfacción.