China afirmó el domingo que “condena enérgicamente” la autorización concedida por Estados Unidos al presidente taiwanés, Lai Ching-te, para visitar Hawaii, donde fue recibido en particular por el gobernador de este archipiélago americano.
Se trata de la primera parada de la gira del líder taiwanés por varios territorios del Pacífico, un viaje que presenta como la entrada a una “nueva era democrática”, pero que despierta la ira de Pekín.
China considera a Taiwán como una de sus provincias, que aún no ha logrado reunificar con el resto de su territorio desde el final de la guerra civil china (1949). No excluye el uso de la fuerza para lograrlo.
“China condena enérgicamente la organización estadounidense del tránsito de Lai Ching-te y ha presentado solemnes protestas ante Estados Unidos”, dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino en un comunicado.
“China seguirá de cerca los acontecimientos y tomará medidas decididas y efectivas para salvaguardar su soberanía nacional e integridad territorial”, subrayó.
Opuesta a cualquier iniciativa que dé legitimidad internacional a las autoridades taiwanesas, China se opone firmemente a cualquier contacto oficial entre Taiwán y otros países.
En Hawaii, Lai Ching-te fue recibido por el gobernador Josh Green y por Ingrid Larson, directora en Washington de la representación estadounidense en Taipei (Instituto Americano en Taiwán).
El presidente taiwanés visitará las Islas Marshall, Tuvalu y Palau, las únicas naciones de la región entre los 12 aliados restantes que reconocen a Taiwán. Las relaciones Pekín-Taipei son terribles desde 2016 y la llegada como presidenta taiwanesa de Tsai Ing-wen, y luego de Lai Ching-te, en 2024.
China los acusa periódicamente de querer profundizar la separación cultural entre la isla y el continente. En respuesta, Beijing reforzó notablemente su actividad militar en torno a Taiwán.