La llegada de las triples terapias ha convertido el VIH-SIDA en una enfermedad paradójica: la gente ya no muere a causa de ella y la gente ya no le tiene miedo. Pero también están mucho menos informados, se protegen mal y los pacientes siguen sufriendo una fuerte discriminación.
“Mi camino es difícil, pero no es nada comparado con el de ellos, es gracias a ellos que sigo aquí”respira Emmanuel Bodoignet, un joven de 29 años diagnosticado con VIH en 2018. “A ellos”fueron los primeros afectados por el VIH-SIDA en los años 1980 y 1990. “Si sigo vivo hoy es porque las generaciones anteriores se movilizaron para tener acceso a investigaciones y tratamientos…” Laurent Passalacqua, de 52 años, 32 de los cuales son seropositivos, es uno de ellos: no existía ningún tratamiento cuando fue detectado y personas seropositivas, a menudo hombres jóvenes, en buena forma y que tenían la vida por delante, supieron que Moriría en unos pocos años como máximo. “En aquella época enterrábamos a 2 o 3 amigos por mes…” Hoy en día, el VIH se ha convertido en una enfermedad crónica y ya no es una sentencia de muerte. Y, sin embargo, vivir con el virus, en Francia, en 2024, sigue siendo un desafío para muchos pacientes…
“Cuando me diagnosticaron…
Este artículo está reservado para suscriptores. Te queda un 92% por descubrir.
Viernes Negro: últimos días
-70% en suscripción digital
¿Ya estás suscrito? Acceso
Swiss